Latinoamérica se desmarca de la crisis laboral mundial con más empleo

En medio de la crisis internacional que eleva los índices de desempleo por todo el mundo desde 2008, Latinoamérica registra cierta recuperación y mejora en la calidad laboral, de acuerdo con el informe El trabajo en el mundo 2012, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y dado a conocer este domingo.

“La sociedad se está volviendo cada vez más ansiosa ante la falta de trabajos decentes” en Europa, Medio Oriente y África Subsahariana, donde el Índice de Descontento Social aumentó entre 2010 y 2011. En América Latina, en cambió, disminuyó el descontento social, un indicador que constituye una antesala de posibles revueltas sociales.

En Chile, Colombia y Uruguay, las tasas de empleo aumentaron en más de tres puntos, mientras que en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay se redujo el empleo informal.

El reto en la región es crear suficientes puestos de trabajo para los jóvenes. Ésta fue la conclusión del foro Productividad, empleo y protección social, celebrado la semana pasada en Montevideo, Uruguay.

El congreso concluyó con que el desempleo está en “mínimos históricos” en Latinoamérica, pero con un desempleo juvenil “en alza y triplica la tasa media”, según explicó el 27 de abril la directora regional de la OIT, Elizabeth Tinoco, informó EFE.

50 millones de empleos necesarios

El mundo atraviesa una crisis financiera desde hace cuatro años, por lo que se arrastra un déficit de 50 millones de empleos, y es poco probable que en los próximos dos años se creen esos trabajos más otros 30 millones de los jóvenes que ingresarán en el mercado laboral en ese periodo, de acuerdo con el informe de la OIT.

“La situación más preocupante se vive en Europa, donde la tasa de desempleo aumentó en dos tercios desde 2010”. La recuperación laboral también se estancó en Japón, Estados Undios, y los progresos fueron débiles en China y África.

La trampa de la austeridad

Los gobiernos europeos han aplicado una estrategia política que se basa en dejar de crear o mejorar el empleo, y dedicarse a reducir déficit a través de recortar gasto público. El resultado es que los gobiernos no estimulan la inversión privada y por lo tanto, se deteriora el empleo y la economía.

“Las mujeres y los jóvenes se ven afectados de manera desproporcionada por el desempleo y la precariedad laboral”, según el informe.

Las personas que han perdido su empleo durante los cuatro años pasados corren el riesgo de quedar exclusivos del mercado laboral.

La rotación excesiva de empleos o los largos periodos de inactividad y desempleo hacen que se pierdan las competencias y por lo tanto, que haya un desperdició de la capacidad productiva. Esta inestabilidad “es una tragedia humana para los trabajadores y sus familias”, según el informe.

Con información de CNN

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