La basura de Griselda Martínez

Crónica sedentaria
Por: Avelino GÓMEZ

La basura no sólo se acumula en las calles de Manzanillo, también en la cabeza de nuestra compañera camarada alcaldesa Griselda Martínez.

Hace más de una semana que el Instituto para el Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable para el Estado de Colima (IMADES) clausuró el relleno sanitario de Manzanillo.

La clausura no fue de manera imprevista ni arbitraria, sino consecuencia de un revisión previa al tiradero —meses atrás— y el posterior aplazamiento al ayuntamiento porteño para rectificar situaciones irregulares en su operación y que atentaban (atentan todavía) la salud medioambiental. De haber subsanado la alcaldía las observaciones que hiciera el IMADES, ahorita no tendríamos la basura acumulándose en las calles, ni tampoco en la cabeza de nuestra compañera camarada presidenta municipal.

Lo anterior lo digo por el actuar y desempeño que ha tenido (tiene todavía) la alcaldesa ante este problema que ya no sólo es sanitario, también es político y, desde luego, demencial.

Hace unos días, por ejemplo, un buen hombre subió a las redes una fotografía de la sala de su casa en donde se apreciaban media docena de grandes bolsas de basura, amontonadas junto al sillón. La imagen iba acompañada de una mensaje de este ciudadano ejemplar que decía más o menos así: “mientras no pase el camión recolector no saquen la basura, ténganla en casa para que no se acumule en las calles”. Huelga decir que el hombre tuvo muchos likes, y no imagino qué más ha de tener ya en su hogar, convertido ahora en un improvisado y doméstico relleno sanitario.

El abordaje que está haciendo la camarada presidenta Martínez sobre el problema de la basura sólo ha conseguido agravar la situación. En este momento, la discusión ciudadana en el puerto se centra en una sola palabra: basura. A principios de semana, la página oficial del gobierno municipal lanzó una encuesta basura con la pregunta ¿Está de acuerdo en que se privatice el relleno sanitario? Los resultados obtenidos en esa encuesta fue, desde luego, pura bazofia. Porque la solución a la problemática real ni por asomo iba por ahí.

Más o menos por esos mismos días, la secretaria del Ayuntamiento de Manzanillo, Martha Zepeda, subió a las redes un video donde se apreciaba, sonriente, hablando de la falta de diálogo entre el gobierno municipal y el IMADES para resolver la situación. Ahí, desde su perfil, Zepeda le endilgó a la ciudadanía la responsabilidad de solucionar, como bien fuera, el problema que causaba la clausura del relleno sanitario. Un problema propiciado por la negligencia de la administración municipal. El video iba acompañado por un mensaje aspiracional, tonto, y superficial: “Ánimo Manzanillo, no hay mal que por bien no venga”. El video y mensaje no solucionaba nada ni proponía nada. Resultó ser apenas una exhibición, por parte de ella misma, de sus propias limitantes en el ejercicio de la administración pública. Otrora famosa por llevar bolsas de negras a la casa de gobierno estatal para denunciar la terrible inseguridad en Colima, Martha Zepeda evidenció que lo suyo lo suyo son las ganas de hacerse notar, de satisfacer su ego. Lástima por la camarada Zepeda y sus bolsas de basura.

Mientras tanto, en Manzanillo y en la cabeza de nuestra compañera Griselda Martinez, la situación empeora. Hoy, viernes por la mañana, los porteños despertamos con la noticia de que ahora es la propia alcaldesa quien emplaza al IMADES, es decir, a su titular, a presentare en la instalaciones del Ayuntamiento para hurgar, como pepenadores, una solución a la problemática del relleno sanitario. Y advierte, en un posteo que hizo en su página personal, lo siguiente: “De no ser así (de no presentarse el funcionario estatal), convocaré a los manzanillenses a esperarlo al ingreso del relleno sanitario de Manzanillo hasta que se presente”. ¿Que nos va a convocar a qué? ¿Que nos va a llevar a dónde? Qué zafia.

Y bueno, este emplazamiento lo hizo luego de exponer una serie de “reflexiones” en las que insulta y llama corruptos —no incapaces ni subnormales—, a legisladores estatales que, metiches como son, intervinieron para mediar el conflicto entre el IMADES y el Ayuntamiento. Por lo pronto la bolsa de basura de la camarada Martínez ya se reventó. Su mensaje final en ese post en el que “reflexiona”, dice lo siguiente: “Combatir la Corrupción es un acto de Amor al prójimo. Haremos Historia”. Y uno ya no sabe a qué clase de historia es a la que se refiere, y si acaso ese “haremos” es un locuaz plural mayestático. Pero a uno no le cuesta trabajo imaginarla, sentada en una enorme bolsa de basura, mientras fantasea en voz alta con la idea de pasar la historia gracias a la inmundicia que en este momento inunda nuestras calles.

Los manzanillenses han aprendido de su alcaldesa que el amor y la basura no hacen buena junta. Liberen ya ese relleno, por Dios. Y de paso también liberen de sus delirios a nuestra compañera camarada Griselda Martínez.