¿Qué es ser de izquierda y de derecha en la crisis española?

Las contradicciones, no obstante, confluyen en el pacto alcanzado entre ambos partidos para reformar la Constitución española y ponerle un tope al déficit después de que la canciller de Alemania Angela Merkel y el presidente de Francia Nicolas Sarkozy lo insinuaran.

«La crisis reduce el margen de acción de los partidos y sus políticas. ¿Es la izquierda incoherente? El problema es que no hay opción. La deuda pública española roza el 80% del PIB y como el Banco de España ya no puede imprimir dinero, ya que lo hace el Banco Central Europeo, el ajuste se hace vía recortes», explica a BBC Mundo el analista económico Pedro Melguizo.

El experto da una definición clásica de izquierda y derecha: «Aumento del gasto público. Disminución del gasto público. Ahora bien, si tienes una deuda elevada tienes que ajustarte independientemente de tu ideología».

Zapatero, el abanderado de iniciativas como el matrimonio homosexual o el cheque bebé, que se otorgaba a todo el que aumentara la natalidad del país, ha tenido que ir deshaciendo los pasos a un ritmo marcado por las directrices de la Unión Europea y de los mercados.

En ese sentido, el candidato socialista a la presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha propuesto la supresión de las 38 diputaciones provinciales, algo impensable en el discurso de su partido.

A ese guión se ha sumado la presidenta de Castilla y La Mancha, María Dolores de Cospedal, secretaría general del Partido Popular, anunciando un drástico recorte del 20% del gasto público (US$ 2.500 millones aproximadamente) en dos años.

El plan incluye eliminación de figuras como la Defensoría del Pueblo y la reducción de subvenciones a sindicatos.

Unos días antes, su compañero de partido, Esteban González Pons, vicesecretrario de comunicación de la derecha, animaba a las grandes fortunas de España a pagar más impuestos.

Una propuesta desautorizada por el líder del PP, Mariano Rajoy, pero que para algunos analistas refleja la gravedad de la deuda española.

Bienestar en cuestión

Cartel contra Zapatero.

Zapatero ha reorientado sus políticas a un ritmo marcado por la Unión Europea y los mercados.

«No creo que haya mucha diferencia entre izquierda y derecha hoy en día. Para bien o para mal vivimos en un mundo conectado, interdependiente en el que no puedes estar al margen. ¿Qué país puede decir que es totalmente independiente? El concepto de estado-nación que nos ha servido durante tantos años está en crisis», subraya a la BBC la politóloga Almudena Belver.

En ese sentido el pacto PSOE y PP ha sido calificado por algunos medios como necesario pero también como sintomático de la nueva realidad. «Hemos pasado de ser ciudadanos a súbditos de la UE», subraya el diario El Mundo en sus editoriales sobre el tema.

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A pesar de la coyuntura económica, Belén Barreiro de la Fundación Alternativas, vinculada al PSOE, sí ve diferencias claras en las políticas de la izquierda y la derecha.

«Los gobiernos de izquierda se siguen identificando con una defensa del estado del bienestar y de las políticas de educación y sanidad, así como un mayor desarrollo de la igualdad y la democracia», comenta a la BBC.

«En el caso de la derecha», agrega, «su defensa fundamental sigue siendo el status quo, que el estado sea más bien reducido y que no crezca, conservar lo que hay. Lo contrario a un modelo de cambio social».

Ahora bien, subraya la analista, «hay que ver qué pasa con las grandes políticas de bienestar y sanidad. Si se mantienen o no se mantienen, o quién las mantiene a medias».

La sostenibilidad del estado del bienestar (educación y sanidad universal entre otros) sigue siendo un tema de debate que ningún partido se atreve a recortar por su costo político.

Sindicatos y gremios señalan que tanto la educación como la sanidad pública se están utilizando como chivo expiatorio de una crisis que fue generada por la especulación financiera e inmobiliaria.

Belver opina que ambos partidos practican políticas que pueden ser calificadas de izquierda o de derecha pero que de cara a sus votantes se maquillan para ser consecuentes con el discurso y los colores.

Inmigrantes

Almudena Belver, politóloga

«Desde la derecha se ha criticado la regularización de sin papeles que hizo Zapatero en su primera legislatura pero no mencionan las dos regularizaciones que hizo el líder del PP, José María Aznar, cuando fue presidente del gobierno.»

«Un tema recurrente es la inmigración. Desde la derecha se ha criticado la regularización de sin papeles que hizo Zapatero en su primera legislatura pero no mencionan las dos regularizaciones que hizo el líder del PP, José María Aznar, cuando fue presidente del gobierno. Se habla de ello pero con la boca pequeña», detalla.

En esa línea, la Ley de Extranjería se ha ido endureciendo en los gobiernos socialistas de Zapatero con más requisitos para el reagrupamiento familiar, multas a quien dé cobijo a indocumentados o la creación de los polémicos Centros de Internamiento para sin papeles.

«La izquierda, sin embargo, no ha caído en un discurso demagógico sobre la inmigración como sí lo ha hecho la derecha en comunidades como Cataluña. La izquierda no se puede permitir un discurso xenófobo, otra cuestión son sus dilemas sobre la inmigración. Los inmigrantes de alguna manera compiten en uso de recursos con las clases trabajadoras que les votan», comenta Barreiro.

Para Miguel Sobrino Blanco, profesor de sociología de la comunicación de la Universidad Complutense de Madrid, todo se reducen a una cuestión de marketing político.

«El mundo no tiene una visión objetiva, se mira desde perspectivas e intereses diferentes. Los partidos abastecen de argumentos e información a sus colectivos y, si pueden, manipularán el discurso. Le dan a sus votantes lo que quieren escuchar. Siempre ha sido así. Es uno de los fundamentos de la comunicación de masas», explica a BBC Mundo.

Con información de la BBC

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