Imparten charla “Para conversar mejor”, que promueve el lenguaje incluyente

“La palabra es la materialización de todas las ideas que fluyen, en continuo, por nuestra cabeza, por nuestro sistema de valores; revela lo que sabemos y lo que ignoramos. La palabra, aunque sólo integra el siete por ciento de nuestra comunicación (mayormente nos expresamos a través de la comunicación no verbal), es energía pura; y, bien empleada, puede ser la semilla de una transformación”.

Lo anterior fue expresado por Teresa Valdés Betancourt, maestra en Ciencias de la Comunicación y asesora del Instituto Colimense de las Mujeres, quien impartió la charla “Para conversar mejor”, que promueve el lenguaje incluyente; dicha actividad formó parte del proyecto “Comunidad con C de Cultura”.

El uso de un lenguaje incluyente tiene varios objetivos: “La palabra da concepto, el concepto cambia la actitud y el cambio de actitud da origen a nuevas palabras”, explicó la especialista hace unos días a estudiantes del Bachillerato 17 de Comala, en el Auditorio “Juan Rulfo”.

Los estudiantes, que entraron a la sala con una energía desbordante, fueron relajándose a medida que avanzaba la plática, al punto de concentrarse en tomar notas acerca de la “masculinidad alterna”, la cual permite al hombre que se relacione mejor con sus hijos e hijas; sobre la diferencia entre justicia e igualdad y los beneficios de la visibilización de las mujeres que desemboca en relaciones (con la pareja, la familia, e incluso el entorno) más dignas, genuinas, afectivas y auténticas.

El proyecto “Comunidad con C de Cultura”, que realizan el Centro Colimense de Desarrollo de la Cultura y la Paz Social A.C. y la Dirección General de Difusión Cultural de la Universidad de Colima, con recursos de INDESOL, es un modelo de interacción social concebido para redimensionar las capacidades comunitarias a través de la relación de la cultura con el desarrollo humano.

Sus retos más importantes son: reconocer las expresiones culturales identitarias y sus significados, estimular el desarrollo creativo y expresivo del ser humano, promover la apropiación y reinterpretación del patrimonio cultural de la comunidad y del Estado, promover el respeto hacia otras formas de expresión cultural a partir del reconocimiento de la diversidad cultural, y promover los derechos culturales como generadores de nuevos sentidos y como factores necesarios para el bienestar y la calidad de vida.

Su programa de actividades se concibe para la apreciación artística y la promoción intercultural en ámbitos locales, y persigue la formación de capacidades que contribuyan a la cohesión social y al desarrollo comunitario. En el centro estarán siempre seres humanos viviendo experiencias culturales, revalorando su entorno cultural, integrando la cultura y las artes a su formación, dicen quienes diseñaron este programa. BP

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