GRATITUD

¿QUÉ VIENE?
Por: SEAN OSMIN HAMUD RUIZ 

La sociedad civil organizada tiene relativamente poco de haber tomado un lugar relevante en el diseño de la política pública de este país y con mucho esfuerzo se colocó un lugar relevante en la administración del poder público.

Este grupo humano se ha preocupado por canalizar las inquietudes, las opiniones y los intereses de diversos sectores. Habrá quien diga que con una visión de nicho o de interés específico, pero la realidad es que la gran mayoría, buscando un bien común.

La naturaleza de su conformación, dependiendo del grupo al que nos estemos refiriendo, por supuesto que se verá como incómodo, pero, sobre todo, sectario.

Evidentemente, cuando se defienden situaciones específicas o que tengan que ver con un área de la sociedad, limitados por su tamaño y por su falta de proclividad, muchas veces parecen esfuerzos aislados o inútiles. No es así.

Quiero compartir con Ustedes que en un tiempo tuve la oportunidad de colaborar en una cámara empresarial, de la que después de algo de trabajo e involucramiento, pude convertirme en presidente de la delegación del estado. Desde esa trinchera comprendí que el trabajo individual tiende a diluirse. Pero cuando asimilas que el consenso y la actuación en conjunto sirven a una y otra parte, y cuando tu interés supera los anhelos de hoy por la visión de mañana, el trabajo se simplifica y da resultados.

Traigo lo anterior a colación, pues CANACINTRA ayer domingo 4 de diciembre, cumplió 80 años de fundación y trabajo.

Más de 55 mil afiliados a nivel hablan de lo que el sector de la transformación ha dejado. ¿Cuántos han recibido algún tipo de ayuda o gestión y finalmente, cuánta de la política pública que atañe al sector, se ha podido reflejar gracias al trabajo de esta cámara? Pues ejemplos hay al por mayor.

80 años y no puedo sino reiterar mi orgullo de pertenencia, además del honor que fue en su momento presidirla a nivel estatal.

GRATITUD a la familia CANACINTRA y a seguir trabajando por el sector y el país.

MICROCUENTO

Aspiré y no pude dejar de sorprenderme. Qué efímero es el perfume, por más fino que este sea. Tres días y no dio para más. Aún con el empeñado trabajo que hicieron, ese tufillo no huele más que a muerte. Lástima de la Francia.