FUTURO

¿QUÉ VIENE?
Por: Sean Osmin HAMUD RUIZ

 Al día siguiente de la elección, el presidente de México dijo estar “feliz, feliz, feliz”. Como se ha intuido antes, al tener otros datos, no supo lo que la realidad le reparaba respecto al resultado de la jornada cívica ciudadana, ir a emitir el voto.

Hoy, después de los recuentos y resultados, tenemos que el primer mandatario no ganó la mayoría en la cámara baja federal. Tampoco ganó la mayoría de las alcaldías en juego (La oposición resultó triunfadora en el 51% de las posiciones a renovar). Como resultado del voto diferenciado, tampoco se alzó con la victoria en la mayoría absoluta de los congresos locales elegibles, y como colofón, perdió la mitad de las alcaldías y las posiciones en la asamblea de la CdMx.

Supongo, previo análisis, fue cuando decidió comenzar a echar espuma por la boca y se creó el concepto de “aspiracionista”, claro, con toda la intención de crear la respectiva cortina de humo.

Muy interesante va a resultar el proyecto de presupuesto federal que el presidente y su equipo manden a la cámara de diputados.

¿Será que buscará el desarrollo de todas las regiones?

¿Será que buscará el crecimiento de las y los nuevos gobernantes estatales, para sí poder ampliar su base de posibles candidatos presidenciables?

¿Será que el presidente entenderá que los recursos son finitos y emprenderá un ajuste a los presupuestos de gasto direccionado a PEMEX, CFE, Dos Bocas, AIFA y demás programas sociales (sembrando vida, ninis, viejitos, etc), para así apoyar a sus nuevos aliados gobernantes?

¿O será que les mande la señal de que se tendrán que rascar con sus propias uñas, inclusive sugiriendo que se apliquen o diseñen nuevos impuestos estatales?

Andrés Manuel nunca ha mandado una señal que implique revisión a su visión o corrección a sus acciones. En mi opinión, los renovados poderes estatales tendrán que mostrar una vocación resiliente y de verdadera austeridad, a menos que se le planten al presidente y a través de sus legisladores federales, cada uno, busque la reformulación de la distribución presupuestal.

De no lograr lo anterior, tendrán que encontrar ajustes, recortes y ahorros, todos lacerantes para la población en general, a la situación real de los estados actualmente, particularmente Colima.

O bien, comenzarán a vender su alma a la aprobación de nuevos impuestos, con la baja de popularidad que esto conlleva.

Difícil posición. La alegría del triunfo, considero que vendrá opacada por los verdaderos intereses del Presidente, nada que ver con pensar en qué va a pasar con Morena, sus actuales protagonistas y su FUTURO.