Estudiantes de fuera reconocen laboratorios universitarios

Colima.-Estudiantes químico-farmacobiólogos (QFB) interesados en mejorar los fármacos existentes, trabajaron durante seis semanas en los laboratorios de Química de Coordinación y Organometálica, así como de Química Supramolecular, ambos de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Colima, desarrollando sus investigaciones como parte del Verano de la Investigación que culminó esta semana.

Fernando Rivera Jiménez, de la Universidad Autónoma de Nayarit; Wendy Yamileth Rodríguez Chaidez y María Virginia Vázquez Sarmiento de la Universidad Autónoma de Sinaloa, así como Rodolfo Suástegui Vázquez, de la Universidad Autónoma de Guerrero, son cuatro de los doce jóvenes que eligieron esta facultad para hacer su primer o segundo verano de la investigación.

Ellos reconocieron en el equipamiento de estos laboratorios una gran fortaleza y coincidieron en que la Universidad de Colima no le pide nada a otras universidades. “Se puede defender muy bien por sí misma”, dijo Rodolfo Suástegui, quien agregó que los compañeros del Doctorado en Química fueron muy amables y les enseñaron muchas cosas.

Por su parte, Wendy Rodríguez compartió que en este verano aprendió a utilizar muchos equipos que no conocía, lo que a ella le deja una gran enseñanza además de los compañeros y amigos que se lleva.

Los cuatro jóvenes interesados por la farmacéutica, también coincidieron en lo benévolo de esta rama de la ciencia química, “porque es un área donde hay un gran campo para investigar, siempre hay algo por mejorar en extractos y medicamentos, y actualmente en México se está tomando con mas seriedad la farmacia”, resaltó Fernando Rivera.

Durante estas últimas semanas, Fernando Rivera estudió el perfil de evaporación del aceite de citronela impregnado en SBA-15 funcionalizado con grupos carboxilo, lo que permitirá alargar una constante de liberación para que el fármaco dure más y tenga una liberación prolongada.

Explicó que en la Autónoma de Nayarit trabaja con el aceite esencial de citronela, utilizado como repelente para mosquitos, que comúnmente tiene el efecto de una o dos horas, mientras que con el soporte que él utiliza puede tener una duración de alrededor de 30 horas para que las personas se lo pongan una vez al día y funcione hasta que se bañen.

Mientras tanto, Wendy Rodríguez se dedicó al ibuprofeno que, por estar clasificado como antiinflamatorio no esteroideo, generalmente tiene efectos gastrointestinales adversos (como ardor en el estómago), al igual que la aspirina. Por ello, dijo, “queremos hacer una molécula más grande y selectiva para que, al tomarla, no tenga estos efectos estomacales”.

Wendy, de la Autónoma de Sinaloa, adelantó que obtuvieron cuatro moléculas nuevas con un rendimiento por arriba del 50 por ciento, ahora sólo faltan las pruebas biológicas, que realizará en su universidad.

Rodolfo Suástegui, por su parte, se dedicó a incorporar el extracto de valeriana, que tiene un sabor desagradable, a una arcilla para hacer comprimidos: “Buscamos darle un recubrimiento folicular y una caracterización más eficaz por medio de la evaluación de los valores organolépticos; por ello hicimos pruebas de dureza, desintegración y pesaje de tabletas. Resultó un recubrimiento peculiar que eliminó en su mayoría el olor del extracto”.

Agregó que la valeriana es reconocida por sus propiedades relajantes y que, “con nuestro recubrimiento y estudio, ahora quienes la consuman podrán tener la certeza de que las pastillas están mejor hechas, con extracto puro de valeriana y no con trozos de raíz, además de que tendrán un mejor sabor”.

Como una cuarta experiencia del Verano de la Investigación, Virginia Vázquez se concentró en una alternativa para elaborar compuestos nuevos con actividad antioxidante a través de ácidos trans-cinámicos con benzimidazoles. Ella dijo que se conoce bien que los antioxidantes neutralizan a los radicales libres, los cuales están asociados con diferentes patologías como el envejecimiento celular y el estrés oxidativo; “lo que pretendemos es potencializar el efecto antioxidante”, comentó.

Como resultado de su estancia en la Universidad de Colima, finalizó Vázquez Sarmiento, “obtuvimos cuatro compuestos nuevos que no estaban registrados; sólo faltan las pruebas biológicas para comprobar que sí cuentan con la propiedad que decimos”.