La ministra del Interior británica, Theresa May, considera la posibilidad de imponer un toque de queda, que contempla también una especie de “arresto domiciliario” a los menores de 16 años, en el marco de su estrategia contra el crimen de bandas.
El Ministerio debate ahora las herramientas que podrían ponerse en manos de la policía para posibilitar esa medida, que también necesitaría cambios en las leyes, dijo ayer May en Londres.
May quiere mantener los planes del gobierno que pretende recortar los gastos policiales en los próximos cuatro años en un 20%.
Mientras, un joven de 16 años fue acusado de asesinato en Londres, como supuesto responsable de la muerte de un hombre de 68 años en los disturbios de la semana pasada. Un funcionario policial señaló que las autoridades frustraron un atentado contra el nuevo Olympic Park que iba a perpetrarse durante la ola de violencia, gracias a la intervención de mensajes enviados a través de Blackberry.
Con información del Universal
