Un día después de que el poeta Javier Sicilia pidiera incluir a las Fuerzas Armadas en el diálogo sobre la estrategia de seguridad de México, el gobierno rechazó esa posibilidad argumentando que las reglas acordadas entre las partes no contemplan invitar a los militares a la discusión.
“Para el gobierno federal, desde la reunión del 23 de junio en el Museo de Antropología quedaron claramente fijadas las mesas, los temas, las mecánicas, y esto no incluye ni al Ejército ni a la Marina”, dijo a periodistas el subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación (Segob), Juan Marcos Gutiérrez.
“Se trata de un tema de agendas y de mecánicas ya acordadas, y que hasta ahorita no han mostrado ninguna falla, ninguna necesidad; en el momento que tengamos que dar una respuesta a esas dos dependencias, ya veremos si sería convocándolos o mediante consultas internas”, añadió.
El 23 de junio, el presidente Felipe Calderón se reunió por primera vez con el Movimiento por la Paz representado por Sicilia, en un encuentro en el que ambas partes acordaron comenzar a trabajar en algunas demandas de grupos ciudadanos, como la mayor atención a las víctimas de la violencia generada por el crimen en el país.
El miércoles, durante una reunión con legisladores federales, Sicilia solicitó que los militares fueran llamados al diálogo, en el que también se discute el proyecto de Ley de Seguridad Nacional, impulsado por las autoridades pero criticado por varias asociaciones civiles.
Cuestionado sobre si el Ejército y la Marina han pedido entrar al diálogo sobre seguridad, Gutiérrez respondió: “Por lo que toca al gobierno federal, el diálogo lo encabeza la Secretaría de Gobernación, y se convoca —y se ha convocado— a las dependencias civiles que a su vez encabezan los distintos componentes de la estrategia”.
“La estrategia de seguridad, que es la materia central de este diálogo, es encabezada por las autoridades civiles y somos las autoridades civiles quienes encabezamos el diálogo. Más no tengo que comentar al respecto”, agregó el funcionario.
En diciembre de 2006, al asumir el poder, Calderón lanzó una ofensiva contra la delincuencia apoyada fundamentalmente en la labor de las Fuerzas Armadas. Mientras su gobierno sostiene que la estrategia ha tenido resultados, sus críticos afirman que sólo ha incrementado la violencia y las violaciones a los derechos humanos.
Desde entonces hasta enero pasado, más de 34,600 personas murieron en acciones derivadas del crimen.
Políticos de oposición, académicos y organizaciones civiles exigen un cambio en la estrategia contra la delincuencia, como dejar de recurrir a militares para tareas de seguridad pública.
Con información de CNN México
