Como un acto de rendición de cuentas de los recursos que recibe la Universidad de Colima y que se traducen en nuevos jóvenes bachilleres con un buen nivel académico y la posibilidad de dar respuesta a las necesidades de la sociedad, fue definida en días pasados por el delegado regional No. 3 de nuestra máxima casa de estudios, Alejandro López Silva, la entrega de certificados a los 276 egresados de la generación 2008-2011 de los bachilleratos 3 y 15.
López Silva, quien asistió a la ceremonia en representación del rector Miguel Ángel Aguayo López, exhortó a los jóvenes en su mensaje a darse la oportunidad de soñar como una clave importante para formarse un proyecto de vida profesional. Señaló también que como lo ha expresado anteriormente el rector, el certificado constituye la llave para la siguiente etapa de su formación, que ahora les exigirá más formalidad, concentración y dedicación.
En el Paraninfo Universitario, el funcionario invitó a los egresados a que piensen en que se presenta un cambio cuando cursan una carrera profesional, “a la que hay que darle la debida seriedad porque ustedes son las generaciones a las cuales les tocará ir diseñando una nueva sociedad que demanda a gritos su participación».
A su vez agradeció el trabajo de todo el personal que labora en ambos planteles, pero principalmente a todos los estudiantes que esa tarde obtuvieron su certificado, pues gracias a los jóvenes que pasan por las aulas de la institución, es como la UdeC ha logrado conseguir un crecimiento armónico y mejores instalaciones, «no es lo mismo la Universidad de hace unas décadas a la de hoy en día que tienen acceso módulos de cómputo, espacios de desarrollo físico, deportivo y cultural, creo que las condiciones que han tenido son privilegiadas».
En su intervención, y en nombre también del director del Bachillerato No. 3, Efrén Cruz Íñiguez, la directora del Bachillerato No. 15, María Dolores Mesina Polanco aseguró también que los nuevos egresados de estos dos planteles son privilegiados porque son de los pocos jóvenes de su edad que logran cursar estudios de nivel medio superior, pues la mayoría «no tuvieron los recursos para hacerlo y tuvieron que irse a trabajar para ayudar a sus familias. Denle su justo valor y el compromiso con la sociedad que aportó los recursos para darles educación».
Al respecto exhortó a los bachilleres a que asuman la responsabilidad de crear un México mejor por todos aquellos que no contaron con la misma oportunidad y para que en el futuro próximo sean más los jóvenes que puedan acceder a una formación profesional.
Tras pedir a los jóvenes egresados que asuman un rol activo en la creación de mejores condiciones, formas de convivencia y espacios adecuados para la vida, agradeció el apoyo del rector Miguel Ángel Aguayo, «por su preocupación para brindar un mejor servicio a los estudiantes, en apoyos como equipo de cómputo, materiales de laboratorio y la capacitación de nuestros profesores».
Por su parte, la recién egresada del Bachillerato No. 3, Mitzi Raquel Arteaga Tirado, quien habló en nombre propio y de sus compañeros, aseguró que esa tarde todos los egresados se encontraron con una culminación satisfactoria de sus estudios, pues el aprendizaje no vino sólo del terreno académico, sino también del empírico en lo que respecta a la madurez y el desarrollo humano.
«Aprendizaje que no hubiese sido posible sin nuestros admirables profesores, quienes dedicaron su tiempo en lograrlo, y por supuesto nuestros padres, que son también nuestros maestros, unos maestros de vida, que juntos complementan nuestra educación. Sin estos dos elementos no hubiésemos podido concluir nuestra preparatoria. Porque eso es precisamente el bachillerato, una preparación para la vida adulta, que está llena de nuevos retos y obstáculos. A partir de hoy, ya no seremos unos chicos de preparatoria, seremos, espero que todos, unos jóvenes universitarios».
