Colima.- Acompañado de Juan Manuel Estada Juárez, Premio Nacional de Derechos Humanos 2014, el sacerdote católico José Alejando Solalinde Guerra, estuvo en Colima y platicó con AFmedios sobre diversos temas, aquí te dejamos la segunda parte de este diálogo.
Solalinde Guerra asegura que en su labor de defensa de los derechos humanos, constantemente se enfrentan a un gobierno contradictorio, que por un lado les entrega premios y reconocimientos por sus actividades, pero por otra parte les bloquea su actuar.
“Por ejemplo, (Enrique) Peña Nieto nos entregó el premio (Nacional de Derechos Humanos) él no lo da, hay que aclarar, es la sociedad civil, el Senado, el consejo consultivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos; él como es el presidente protocolariamente lo tiene que entregar, nosotros lo aceptamos sin embargo, hay contradicciones muy grandes, a mí me lo da, y me están estorbando el mismo gobierno la práctica mi defensoría”.
El también Premio Nacional de Derechos Humanos 2012, refirió que el pasado 15 de abril se generó un operativo en su contra, con un agente del Ministerio Público que intentó demostrar que él era ‘pollero’ lo que es un delito federal, con el propósito de recluirlo en la cárcel como ha pasado con otros activistas opositores al sistema.
Citó también el caso de “Las patronas”, el grupo de mujeres voluntarias de la comunidad La Patrona en Veracruz, que desde hace más de dos décadas dan alimentos y asistencia a migrantes en su paso por esa entidad, a quienes se les quiere entregar el premio “Princesa de Asturias” del gobierno de España, sin embargo el gobierno mexicano a través de Relaciones Exteriores no ha dado su aval para ello.
“Y no se los van a dar (aval) porque sabe que Las Patronas como todos nosotros, son personas que decimos la verdad y que tenemos que denunciar la justicia y la corrupción”.
Una usurpación moral, fue como calificó el sacerdote Solalinde Guerra, los premios que entrega el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a quienes defienden los derechos humanos.
“El hecho de dar el Presidente Peña Nieto, entregar un premio sin autoridad moral, es una usurpación moral, pero tiene que hacerlo y lo ha hecho, el problema está que cuando nosotros seguimos cumpliendo con nuestro deber ahí es donde no solo no hay apoyo, al contrario viene el estorbo y rechazo del mismo estado”.
El sacerdote recalcó que la ciudadanía todavía sigue permitiendo que existan gobiernos como el actual, se tolera al Ejército los atropellos, haciendo referencia a las encuestas en las que los ciudadanos siguen prefiriendo a los militares como dignos de confianza, cuando en realidad una parte ha estado metida en el narcotráfico desde hace muchos años y de la mano del Ejecutivo ha participado en crímenes de lesa humanidad como Tlatlaya.
Resaltó que la comunidad internacional, la ONU, el papa, el ex presidente de Uruguay José Mujica, han reubicado a México en cuestión de derechos humanos, en materia de trabajadores, secuestros y tortura, entre otros, y lo han reprobado.
“Desde julio-agosto de 2013 a la fecha ha habido unas seis, siete llamadas de atención de parte del Departamento de Estado (EEUU), ha reprobado a México en Derechos Humanos, ha dicho que es un abusivo, que viola los derechos humanos de los migrantes y ahora en esta evaluación (Ayotzinapa) lo ha calificado de eso y que dijo el gobierno, Relaciones Exteriores dijo es una apreciación unilateral, no hay manera de que acepte la verdad”.
Solalinde Guerra asegura que el cambio está en la gente, abajo, no arriba como se ha creído desde hace tiempo, citando el caso de la alternancia que se generó en México con Vicente Fox Quesada, que no trajo ningún beneficio porque las reglas están para beneficiar a los de arriba.
Refirió que el pueblo permanece en la ignorancia, la cual es alimentada por el gobierno que con novelas y futbol entretiene a la población.
“La culpa la tenemos nosotros, los ciudadanos, por permitir eso, tenemos que empezar una emergencia de abajo, empezar a rescatar al país desde abajo, afortunadamente hay muchas gentes más que no teníamos antes, no estoy por la apuesta violenta, no estoy por la revolución, pero sí por una organización muy sólida”.
Refirió que organizaciones civiles, intelectuales, académicos, parte del clero, sí están por una refundación del país, aunque reconoció que esto será muy lento.
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