De la revocación a la reforma electoral

A PROPÓSITO
Por: Fernando MORENO PEÑA

El presidente AMLO continúa muy molesto: con los órganos electorales, con los partidos de oposición, con la prensa, y también con las bancadas de senadores y diputados de Morena y desde luego, se hace más evidente su molestia en contra del senador Ricardo Monreal, a quien, primero, sacó de los presidenciables y ahora lo quiere sacar del liderazgo en el senado.

El no lograr la realización de un periodo extraordinario para aprobar la ley reglamentaria de la revocación de mandato, fue la gota que derramó, por tercera vez, el vaso de la 4T.

El presidente Andrés Manuel López Obrador acusó que “camarillas” en el Congreso que antes defendían la democracia participativa, ahora están poniendo obstáculos para llevar a cabo la revocación de mandato el próximo año.

Señaló que en ese bloque están los senadores Miguel Ángel Osorio Chong, del PRI, y Josefina Vázquez Mota, del PAN, además de personajes como Claudio X. González, Diego Fernández de Ceballos y los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón y, sobre todo Carlos Salinas, que según AMLO, es quien sigue mandando.

AMLO denuncia que sus opositores pensaron: “le vamos a quitar la mayoría en el Congreso y luego lo destituimos en el ejercicio de revocación de mandato’, pero ahora cambian de parecer, ya no quieren, ¿le tienen miedo al pueblo?”.

El presidente AMLO consideraba a la oposición moralmente derrotada después de la elección del 2018, pero la alianza opositora del 2021 empató el marcador y niveló la confrontación y la consulta popular envió el mensaje de que una mayoría de ciudadanos no estaba de acuerdo con ese tipo de ocurrencias y se acreditó que las consultas organizadas desde la cúpula del poder devienen en fracaso.

El presidente AMLO pretendió, sin éxito, imponer su voluntad en este tema y quiso forzar los tiempos parlamentarios, sin analizar a fondo que no tiene asegurada la mayoría calificada y menospreciar a la oposición a la que considera dispuesta a vender su voto.

Las bancadas de Morena representadas en la comisión permanente y los aliados que le acompañan, fueron rebasados y exhibidos en el doble intento de imponer un intento de reglamentación que de antemano desvirtuaba la revocación, al pretender convertirla en ratificación; así, días antes de que se instale la nueva cámara de diputados, y los nuevos números de la oposición y Morena, se dio una muestra de lo que será la nueva correlación en dicha cámara.

En todo esto se apreció la mala operación política de Morena, y la sustitución de Ricardo Monreal por la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, en la negociación devenida en fracaso. El senador Ricardo Monreal anunció una propuesta de reforma electoral que plantea reducir de 11 a 7 los integrantes del INE y recortar de 7 a 5 los magistrados electorales.

También busca eliminar todos los Organismos Electorales Locales y trasladar sus funciones al INE, así como pasar de 500 a 400 diputados y de 128 a 96 senadores. AMLO sacó a Ricardo Monreal de la negociación y cuando éste anunció su propuesta de reforma electoral, el presidente dijo que él presentará una iniciativa, con el apoyo de expertos, antes de enviarla al Congreso.

Indicó que su propuesta incluirá “la organización de las elecciones y el papel de los órganos electorales, con el fin de eliminar los obstáculos y establecer una auténtica democracia.

Vamos a plantear lo que tiene que ver con la organización de las elecciones, el papel del INE, del Tribunal Electoral, las facilidades para que todos puedan participar”.

El presidente hará valer su facultad de iniciativa ante el Congreso y afirmó: “Voy a convocar a personas que tienen experiencia, que saben por qué no hemos logrado en México una democracia plena, invitaré a ciudadanos que saben de esta materia, a quienes han padecido de fraudes electorales y de cómo se han burlado de los mexicanos”.

O sea, tras tres años de ganar las elecciones en 2018 y en las de 2021, donde su partido ganó la mayoría de gubernaturas, afirma que en México no hay democracia y que además, invitará a redactar la reforma electoral a quienes han perdido elecciones para que hagan ley su resentimiento, será difícil, porque la reforma electoral requiere mayoría calificada en ambas cámaras y el presidente AMLO y sus aliados no las tienen.

El eje de la reforma que presentará AMLO va orientada a hacer realidad su ya famosa declaración sobre el INE y el Tribunal Federal Electoral: “que se vayan todos”.

Criticó el Tribunal Electoral y al INE porque, según él, están mostrando el cobre y ahora pretenden salir como ultra demócratas en el caso de Campeche, donde le robaron la frase de protesta que acuñó en el 2006 de “voto por voto casilla por casilla”.

La respuesta del INE

El consejero presidente Lorenzo Córdova, respondió que no es necesaria una reforma de gran calado de cara a la elección presidencial de 2024, sólo pequeños ajustes, aseveró: “Proponer cambios profundos con el objetivo de renovar a las autoridades electorales termina por ser miope, [una idea] alimentada por filias y fobias, la cual, de no contar con amplio consenso, estaría condenada al fracaso”.

“Nuestros grandes problemas nacionales, no nos equivoquemos, están en otro lado, no en la materia electoral. Son los irresueltos problemas de pobreza creciente, desigualdad ominosa, corrupción, impunidad, inseguridad y violencia que siguen estando ahí como promesas incumplidas”.

“Los cambios al sistema electoral no pueden ser, si se me permite la expresión, un asunto de estómago, sino una apuesta de gran alcance, resultado de diagnósticos y análisis ampliamente razonados, y de una discusión seria e incluyente”.

Todas las reformas electorales se han aprobado siempre al inicio de sexenio y han sido exigidas por los partidos que pierden las elecciones; ahora, por primera vez, es el partido en el gobierno, el que ganó las elecciones, el que critica al árbitro electoral y el que reclama nuevas reglas del juego, parece como si AMLO y Morena hubieran perdido en el 2021.

Al insistir que no es propicio promover una reforma en medio de incesantes ataques a la autoridad electoral, reivindicó la importancia de que los cambios deben emanar del máximo consenso, porque “la definición de las reglas del juego es una condición indispensable para la estabilidad y gobernabilidad democrática”.

Ha quedado clara la pretensión de AMLO: ratificar el mandato y revocar la democracia, es decir, se pretende que el pueblo no pueda revocar el mandato y en cambio, se use al pueblo para ratificar el poder. El discurso cambió: el pueblo no quita, únicamente pone.