Colima desaparece

CRÓNICA SEDENTARIA

Por: Avelino Gómez

Una mujer regresa de la oficina a casa, en el camino se detiene en una tienda a comprar una barra de pan, y desaparece. Un hombre maneja su auto en una carretera y, al dar la vuelta en una curva, desaparece. Un joven sale del centro comercial, luego de comparar un par de camisetas, y desaparece antes (o después) de subirse a la ruta.

Tres muchachos pasean en un auto por la ciudad, desaparecen. El mecánico sale de su taller y, tres cuadras más allá, desaparece. El universitario que cursaba el último año de su carrera desapareció después de dejar a su novia en casa. Un maestro de primaria sale del plantel, se despide del director y, desaparece mientras camina por la acera de la misma escuela.

El hijo del abogado, que apenas cumpliría 20 años, desapareció en una fiesta. La muchacha, que trabajaba de mesera en un bar, llamó a casa para decir que iba en camino, que esperaba llegar antes de la cena, y desapareció en un calle oscura.

Un hombre se despide de su familia antes de salir a pasear en bicicleta y desaparece en una brecha. Una niña va a la calle a vender el pan que se hornea en casa y desaparece a media cuadra de la plaza.

Una legisladora recorre las calles de un pueblo de su municipio, y desaparece. Un par de jóvenes pasan por un amigo para ir a la playa y, antes de ver el mar, los tres desaparecen. Una enfermera no llega a su turno en el hospital, la buscan en su casa, en la casa de una amiga, en la casa del novio, y no la encuentran porque también desapareció al cruzar la calle.

El hombre que servía mesas en una restaurante desapareció cuando esperaba un taxi. Siete policías desaparecen ante los ojos de otros policías. El empleado de gobierno pidió permiso para faltar al trabajo y desapareció antes de que su oficio fuera autorizado. El hijo adolescente de la mujer que vive en la última calle, de la última colonia, desapreció una noche de domingo.

Aquí, en esta colonia, van seis desaparecidos. En el municipio van más cien. En aquella otra comunidad van dieciocho. En el municipio vecino van casi doscientos. En todo el estado setecientos hombres y mujeres, o más, han desaparecido. Siguen desapareciendo. Algunos ya aparecieron, otros no habrán de aparecer. Con cada uno que desaparece, Colima desaparece. Con cada uno que aparece dentro de una fosa, Colima aparece dentro de esa misma fosa.