Colima.- Pese a las recomendaciones de prácticamente todas las instancias de gobierno, muchos colimenses lavaron sus banquetas, techos y patios en lugar de recoger la ceniza volcánica que cayó el fin de semana, depositarla en bolsas y esperar a que la retiraran los servicios municipales.
AFmedios hizo un sondeo entre 10 colimenses, de los cuales únicamente tres siguieron el procedimiento recomendado.
Laura Martínez dijo que el domingo se levantó muy temprano a lavar con manguera su banqueta, la calle y el patio de su casa, ubicada en la colonia Liberación.
“No, pues nadie me dijo que tenía que recogerla. Mi hija empezó a barrer, pero se levantó mucho polvo, polvo, polvo por todos lados. Entonces mejor me puse a lavarla con la manguera, así se quitó facilito”.
Fernando organizó a sus sobrinos y entre todos, con cubetas, charolas y buen humor, emprendieron un lavado minucioso de las superficies afectadas, exteriores e interiores, pese a que Fernando sí sabía que las recomendaciones de las autoridades eran distintas.
“Esos nomás dicen: ya los quiero ver barriendo y barriendo; no se quita, cae otra vez, y uno respira esa cosa que hace daño. Ya quedó limpio, y no se tapó nada, como dicen esos mentirosos”.
Guadalupe Guzmán, Federico Mendoza e Irma fueron los únicos entre los 10 entrevistados por este medio que sí recogieron la ceniza, la depositaron en bolsas y la sacaron a la calle para que se la llevara el camión de la basura.
Roberto García, Carolina Galván y Javier Silva también utilizaron la manguera, e incluso añadieron jabón a la limpieza que emprendieron. Los tres aseguran que ignoraban cómo proceder con la ceniza, así que decidieron lavar el exterior de sus casas y las calles, pero que la próxima vez harán el procedimiento de manera distinta.
Pedro y Ofelia, vecinos de las colonias V. Bonfil y Centro de Colima, limpiaron el interior de su casa con escoba y aspiradora, recogieron la ceniza y la depositaron en la basura. Ambos dejaron que del exterior se encargara la lluvia del lunes.
Las autoridades insisten en la necesidad de barrer y recoger la ceniza, puesto que al contacto con el agua, esta se solidifica y puede causar taponamientos en cañerías y tuberías.
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