Colima, sin riesgo por escasez de gasolina 

Punto (.) Rojo

Por: Baldomero Díaz

Primero el antecedente: Con el propósito de combatir el huachicoleo, el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó hace unos días cerrar todos los ductos a través de los cuales se mueve la gasolina que abastece a las principales urbes del país.

Y propuso que fuera a través de pipas como se surtiera a las gasolineras. La medida abre buenas perspectivas para la investigación pero está dejando, sin duda, una profunda y creciente inconformidad social por el desabasto del combustible.
En el caso concreto de Colima, las estaciones de servicio, las gasolineras, se abastecen por vía terrestre, es decir, a través de pipas que salen de los tanques almacenadores que se encuentran ubicados en el puerto de Manzanillo. La gasolina que se consume en todo el territorio estatal llega a través de barcos procedentes de La India, de Estados Unidos, de Brasil e incluso de China. Toda la gasolina que se consume en Colima es importada y se calcula, de acuerdo con datos obtenidos por Punto (.) Rojo, que todos los días en los diez municipios de la entidad se consumen un promedio de dos millones y medio de litros.
En todo el territorio estatal no existe ningún riesgo de desabasto, por el contrario, desde los tanques almacenadores que la empresa Petróleos Mexicanos tiene ubicados en la comunidad de Tapeixtles, se está trasladando gasolina “en llantas” a las zonas urbanas que están presentando problemas de desabasto, caso concreto en la mayor parte del estado de Jalisco, en Guanajuato, en Zacatecas, en Nayarit, en Michoacán y en Querétaro.
La gasolina que se consume en Colima no llega a través de ductos, llega en barco al puerto de Manzanillo y de ahí se reparte por vía terrestre a los diez municipios. Por lo tanto, mientras muchos millones de mexicanos padecen el problema del desabasto de gasolina, en Colima no nos enfrentamos con esa situación. Y en este tiempo de caos, esa es, sin duda, una muy gratificante noticia.

MIS POSTDATAS DE ESTE DIA

P. D. 1.- El doctor Alberto Covarrubias Bermejo tomará posesión este día como delegado del ISSSTE en Colima. Es el reconocimiento a un médico brillante que se ha caracterizado toda su vida por su aportación al bien común. Hace treinta años tuve oportunidad de ser compañero de Covarrubias en el ISSSTE y no tengo ninguna duda de que entregará buenas cuentas en esta encomienda que le ha asignado el gobierno de López Obrador.
P. D. 2.- A nivel nacional se ha sellado una alianza política entre el Partido Verde Ecologista y el Movimiento de Regeneración Nacional. Por lo tanto, se entiende, es cuestión de semanas para que los dos partidos bajen su pacto a las estructuras estatales. En consecuencia, no suena descabellada la idea de insertar los nombres de Virgilio Mendoza y Gabriela Benavides como potenciales aspirantes de una alianza PVEM – Morena a la gubernatura del estado en los comicios generales del 2021.
P. D. 3.- La decisión de quién será el nuevo presidente del Partido Revolucionario Institucional en Colima ha quedado limitada a dos aspirantes: El actual dirigente del sector popular, Enrique Rojas Orozco y el ex delegado de la Secretaría de Desarrollo Social, Carlos Cruz Mendoza. El primero trae un discurso de que “debemos modernizar al PRI” y el segundo anuncia que “llegó la hora de devolverle al PRI todo lo que nos ha dado”. Habrá que estar a la expectativa para ver qué decide el priísta con mayor responsabilidad en el estado.
P. D. 3.- El diputado de Morena, Julio Anguiano Urbina, dio un adelanto de lo que viene para la clase política en Colima: “Todos los servidores públicos, el gobernador, los magistrados del Supremo Tribunal, los presidentes municipales, los regidores, todos, sin ninguna excepción, tendrán que ajustar sus salarios porque la mayoría de los sueldos son ofensivos para los ciudadanos”. No cabe duda que vivimos nuevos tiempos y el que no adapte a los reclamos populares, verá sepultadas sus aspiraciones políticas.
P. D. 4.- Dicen que en las próximas horas, la fracción de Morena propondrá ante el Congreso del Estado una iniciativa en donde se prohíba que los actores políticos, los del presente y los del pasado, utilicen elementos de seguridad pública para que los protejan. Y utilizarán un argumento que, sin duda, generará simpatías entre la mayoría de los colimenses: “Si quieren seguridad, que la paguen con sus propios recursos”. No hay duda, vienen días de intensos debates.

Y ni una línea más.