COLIMA: REVOCACION DE MANDATO

TAREA PUBLICA
(Debemos dar el salto hacia una sociedad mejor estructurada, más intuitiva, propositiva y participativa)
Por: CARLOS OROZCO GALEANA

Los últimos tiempos, en la esfera política mexicana, cobró importancia el tema de revocación de mandato, ejercicio democrático que propuso el presidente AMLO  y se hizo ley. Transcurrida  esa etapa, quedaron claras dos  cosas importantes al menos.

Primero, que al margen de que solo votaron unas 16 millones de personas de un universo más amplio, se registró un avance en materia de participación a pesar de que no fueron los ciudadanos sino un presidente, varios gobernadores, un partido y numerosos funcionarios federales y estatales a los que poco importó respetar nuestra Constitución, los que llamaron a las urnas y organizaron el evento, minimizando al INE y restándole valor  a éste al no respetarse la voluntad popular de asistir o no a la consulta. Esa etapa, nada más por el acarreo vergonzante que se hizo,  me recordó al viejo Pri.

En segundo término, como nunca antes, se violó la ley al haberse dedicado distintos funcionarios federales y estatales y jefes militares a darle impulso al citado ejercicio ocupando su tiempo, usando recursos públicos y bienes del Estado, como aviones y helicópteros. Fue incluso notorio el sarcasmo de  personajes como Adán Augusto López, secretario de Gobernación,  quien violó la  normatividad que impide a funcionarios usar recursos públicos para beneficiar a políticos o a algún partido en particular.

Es en estas circunstancias republicanas cuando en Colima el congreso local debe legislar e instaurar una ley secundaria que regule la ley de revocación de mandato para que los ciudadanos  tengan a la mano un instrumento que sirva para generar condiciones democráticas favorables y para despedir al  gobernante si  no cumple satisfactoriamente  con su trabajo. Seguro que a varios gobernadores se les pone la carne de gallina en el país tan solo de pensar que los ciudadanos les puedan condenar a dejar el cargo por no tener el empaque político  suficiente ni la inteligencia para dirigir una entidad. No han de ser pocos los que, en su afán de escabullirse de esa posibilidad de ser evaluados, estén aterrorizados ahora y maniobren para evitarlo. No prosperarán en su esfuerzo, la sociedad les ganará el pulso.

En Colima están avanzando las cosas respecto a tal ejercicio. Qué bueno. Diputados locales de oposición afirmaron que así como se fijó fecha (Artículo 4 transitorio de la Constitución Federal)  para la realización del citado ejercicio, así se establezca a nivel local. Recuerde el lector que ha habido   resistencia pues  tuvo que intervenir el Tribunal Electoral del estado ante el Congreso a instancia de un abogado para que  legislara sobre  ese trámite.

Es muy importante para una comunidad tener a su alcance la posibilidad de darle las gracias y mandar a su casa a los gobernantes que se desvíen de los propósitos de servicios que los debe distinguir. No es posible en estos tiempos que tengamos que tolerar largos seis años a quienes no gobiernan  con una mentalidad de servicio e instauran esquemas que no tienen que ver con la necesaria pluralidad o con la atmósfera de respeto que tienen que construir con sus actos.  En otros países, por nada y mandan a su casa a los dirigentes o mandatarios que no funcionan.

Gobernar no es fácil, no es una pachanga, no es turismo, no es politiquería barata, es poner énfasis en todas las potencialidades de los gobernantes, es reconocer la dignidad de cada persona para arribar a una dimensión que nos coloque en una situación de hermandad, donde nos identifiquemos unos con otros. Cada acto de un gobernante debe ser orientado a la generación del bien común.

Como dijo el papa Francisco alguna vez, requerimos una comunidad que nos sostenga, que nos ayude. En la soledad se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos. Tenemos que soñar como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz (Fratelli Tutti, pag.79)

¿ Se entenderá esto tan sencillo desde el poder, una tenencia que tantos gozan y que olvidan que poder es, sobre todo, deber, como dijera el escritor Victor Hugo, quien también de pasada decía que entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo consiente hay una cierta solidaridad vergonzosa ?

Pues por lo visto, eso no se entiende  en muchas partes.  El poder  se sigue usando para aplicar venganzas contra rivales, para imponer credos ideológicos que no comparte la mayoría, para desarrollar sistemas o instituciones nuevas pero erráticas, en la desorganización total. Hoy se apapacha a los delincuentes,  se ofende a la gente que trabaja, las víctimas son revictimizadas, se sigue matando mujeres nomás por que sí; se desprecia continuamente  a la clase media pujante y constructiva que día tras día deja el pellejo en sus labores para gozar de los bienes a que tiene derecho todo el que trabaja

La ley de revocación de mandato debe ir para adelante en Colima,  si se aprueba  pronto, mucho mejor. Tenemos que ir a la par del deseo presidencial ( solo en este caso en particular, aclaro ) y darnos un mecanismo  que nos facilite el tránsito a una sociedad mejor estructurada, más practicante de  valores, más intuitiva y propositiva.

Cualquier resultado que arroje ese ejercicio servirá mucho.    Si se evalúa negativamente al gobernante y es revocado  se irá a su casa, pero si es ratificado será confirmado su buen proceder y quizás mejore su desempeño el tiempo que le quede de mandato.