Cierra Francia paso a trenes italianos.

La crisis diplomática entre Francia e Italia por el cierre de la frontera gala para impedir la entrada de trenes procedentes de Italia con inmigrantes del norte de África, va a marcar la agenda política esta semana en Europa. La decisión del presidente galo, Nicolas Sarkozy, ha provocado una protesta formal de Roma. El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Franco Frattini, llamó a consultas al embajador italiano en París para expresar «la firma protesta del gobierno italiano a las autoridades francesas». Frattini considera que las acciones de Francia son «ilegítimas y suponen una clara violación de los principios generales europeos», declaró.

Desde que en enero comenzaron los conflictos en el Norte de África, el gobierno que preside Silvio Berlusconi ha acusado al resto de sus socios de la Unión Europea (UE) de «insolidarios». Dice que no le están ayudando a la hora de afrontar la llegada de más de 30 mil inmigrantes, principalmente tunecinos, que han alcanzado la isla italiana de Lampedusa huyendo en su mayoría de la guerra civil en Libia.

Ante esta situación el gobierno italiano otorgó a los inmigrantes tunecinos permisos de residencia temporales lo que les ha permitido salir de Italia y viajar a otros países europeos. Una decisión que ha puesto muy nervioso a países como Francia que, ante el temor de una llegada masiva de inmigrantes, ha decidido cerrar algunas de sus fronteras.

La agenda europea de esta semana también va a estar marcada por las reuniones entre los países de la UE y Estados Unidos con el objetivo de buscar un exilio al líder Muhamar Gaddafi y poner fin a la guerra civil que se vive en Libia. Todos coinciden en que Gaddafi ya no es un interlocutor válido y de que se debe continuar manteniendo la zona de exclusión aérea, el bloqueo económico a sus bienes y el embargo de armas, tal y como estableció el consejo de seguridad de Naciones Unidas. Y ahora buscan lograr que se rinda o acepte un exilio.

 

Sin embargo la misión es difícil porque Gadafi podría ser perseguido por la Corte Penal Internacional de La Haya ya que el fiscal Luis Moreno Ocampo le está investigando y podría acusarlo de crímenes contra la humanidad. Por todo ello, para que el líder libio estuviera a salvo habría que buscar un país que no sea firmante del Estatuto de Roma (por el que se instituyó el Tribunal Penal Internacional), como alguno de los 22 países de África, o algunos de Asia como China, India, Birmania o Kazajistán. O incluso Arabia Saudí que tampoco lo firmó y acogió al ex presidente tunecino Ben Alí. O Estados Unidos.

Además el líder libio no sólo ha dicho que no está dispuesto a rendirse, sino que para demostrarlo ha intensificado los bombardeos a las ciudades sublevadas y ganando posiciones a los rebeldes. Y los rebeldes no han podido hacer nuevos progresos o mantener sus avances en las semanas de enfrentamientos por las ciudades costeras en el este de Libia, ya que se quejan de que no tiene el armamento adecuado. Sin embargo, los países occidentales han descartado enviar soldados al terreno. Quieren que Gaddafi se rinda, algo que por el momento parece estar muy lejos.

Con información de Ana Anabitarte.

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