El régimen comunista de Corea del Norte perpetró ayer uno de los ataques más graves sobre territorio surcoreano desde el fin de la Guerra de Corea, hace 57 años, con el lanzamiento de más de un centenar de proyectiles de artillería sobre una isla en el mar Amarillo habitada a sólo 17 kilómetros de su costa, pero habitada por unos 1,700 civiles y militares surcoreanos.
Tras el imprevisto ataque, se produjo un intercambio de fuego entre los dos ejércitos enemigos, que se prolongó durante unas dos horas.
El balance es de dos militares surcoreanos muertos, cinco heridos graves, otros once de carácter leve y cuatro civiles con lesiones. Además, la isla sufrió un gran apagón por la lluvia de obuses, que ha provocado además incendios en una decena de casas y el pánico entre la población que corrió despavorida a los refugios.
Ejército en máxima alerta. El presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, consideró el ataque “una invasión del territorio surcoreano”, con la gravedad que supone atacar a civiles, por lo que puso al ejército (respaldado desde la retaguardia por la Flota del Pacífico de EU) en máxima alerta.
Con semblante muy serio, el gobernante surcoreano se reunió de urgencia con el Estado Mayor y ordenó “se golpeen bases de misiles cerca de las posiciones artilleras de la costa si es necesario. Si hay indicación de una nueva provocación”.
Norcorea responderá “sin piedad”. Mediante un comunicado oficial, Pyongyang dijo que Seúl provocó el intercambio de disparos con las maniobras militares anuales que realiza en las cercanías de esa zona, en las que participan unos 70 mil efectivos, y amenazó con una respuesta militar “sin piedad” si se ataca su territorio.
EU pide unión y mesura. El portavoz del Departamento de Estado de EU, Mark Toner, calificó ayer de “malo, muy malo, provocador y beligerante el ataque militar por parte de Corea del Norte contra Corea del Sur, tanto contra personal militar como contra civiles”.
No obstante, el gobierno de Barack Obama descartó una escalada militar tras pedir a sus socios en el “diálogo a seis bandas” (EU, las dos Coreas, Rusia, China y Japón) que tengan una reacción “unificada y mesurada” ante el incidente.
“No vamos a entrar en el ciclo acción-reacción que parece perseguir Pyongyang. Vamos a trabajar a través del diálogo a seis”, aseguró el vocero de Obama, quien subrayó que China, que tiene “una relación más cercana” con el régimen norcoreano, “podría jugar un papel constructivo” a la hora de reconducir la crisis.
El ataque norcoreano llega días después de que un experto de EU, invitado por Pyongyang, alertara sobre el avance del régimen comunista en el enriquecimiento del uranio para producir más bombas atómicas.
Condena de México. El gobierno mexicano, en su calidad de miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, demandó “al gobierno de la República Popular Democrática de Corea, el cese inmediato de las hostilidades, así como abstenerse de nuevas provocaciones”.
