Bilbao.- La formación de izquierda independentista Batasuna, ilegalizada en España, pero legal en Francia, anunció el jueves su disolución en Bayona, en el País Vasco francés, aludiendo a una «nueva fase política».
«Tenemos que reconocer que la fase política en la que hemos creado Batasuna está superada», dijo en una rueda de prensa en Bayona el miembro de Batasuna Jean-Claude Aguerre.
La ilegalización de Batasuna en España hace 10 años por sus vínculos con ETA dejó a la izquierda ‘abertzale’ sin representación en las urnas hasta 2011, cuando las formaciones Bildu y Amaiur recibieron autorización para presentarse a las elecciones, después de que ETA anunciara un alto el fuego permanente y general en enero de 2011.
«Las siglas no son importantes. Lo importante es garantizar la eficacia de nuestra lucha y asegurar que los instrumentos políticos que necesitamos están adaptados al nuevo tiempo político», señaló Batasuna el jueves en un comunicado, añadiendo que «es para responder a esa necesidad por lo que hemos decidido disolver Batasuna».
La formación no aclaró de qué otro instrumento o formación se servirá en adelante.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) respondió a la noticia afirmando «con otro nombre seguirán a lo suyo» en su cuenta de Twitter.
«Más claro el agua. Mismos perros. Distintos collares», añadió la organización, contraria a las negociaciones con la banda o al acercamiento de presos de ETA al País Vasco.
Divisiones en el País Vasco
El paisaje político vasco muestra no sólo grandes divisiones entre nacionalistas, independentistas y los que optan por partidos nacionales españoles, sino también un complejo rompecabezas de formaciones políticas, sindicatos ‘abertzales’, organizaciones de apoyo a los presos y asociaciones juveniles, con diversas posturas y aspiraciones sobre el futuro del País Vasco.
Las más representativas de estas agrupaciones son Amaiur, con siete diputados en el Congreso en Madrid, y Bildu, que se convirtió en la segunda fuerza política vasca en las elecciones regionales de 2011 y gobierna en ayuntamientos como el de San Sebastián.
La última entrega del Euskobarómetro indicaba la semana pasada que la mitad de los vascos es partidaria de que se plantee un referéndum sobre la independencia de España, aunque un 38 por ciento reconoce que las condiciones de vida irían a peor en un País Vasco independiente.
El estudio destaca además, «a pesar de su menor significación estadística», la práctica desaparición del apoyo explícito y total a ETA (0,9%), incluso entre el electorado del grupo de la izquierda ‘abertzale’ EHBildu.
ETA se encuentra sometida a una fuerte presión policial, tanto en España como en Francia y en otros países, con la detención de una veintena de supuestos miembros de la banda durante 2012.
Después de su anuncio del fin de la violencia, la disolución de la banda armada y la situación de sus alrededor de 600 presos en cárceles españolas son las dos cuestiones que quedan pendientes para cerrar un conflicto nacido hace 50 años y por el que ETA ha matado a más de 800 personas.
El pasado mayo, Interior anunció un plan de reinserción individual al que pudieran acogerse presos condenados por terrorismo siempre que se desvincularan de la organización a la que pertenecieran, pero el colectivo de presos etarras respondió en junio rechazando el arrepentimiento y criticando «las presiones y los chantajes».
Con información de Reuters
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