Aumentar la frecuencia de ejercicio intenso aliviaría la fibromialgia

EU.- Para quienes puedan, ejercitar una o dos veces más por semana aliviaría algunos de los síntomas de un dolor crónico sin agravar las molestias en las articulaciones.

 

Estudios previos habían hallado beneficios inmediatos del ejercicio en los pacientes con fibromialgia, un trastorno poco comprendido que incluye dolor articular, debilidad, fatiga y depresión. Los CDC estiman que afecta a unos 5,8 millones de estadounidenses.

Pero muchos pacientes no hacen ejercicio por temor a sentir más dolor, según indicó el doctor Eric Matteson, que no participó del estudio. «Este estudio demuestra que si pueden mantenerse en un programa de ejercicio en el largo plazo sería muy útil para ellos», dijo Matteson, jefe del Departamento de Reumatología de la Clínica Mayo, Rochester, Minnesota.

Con una investigación que financiaron los Institutos Nacionales de Salud, un equipo estudió a 170 personas con fibromialgia diagnosticada, bajo tratamiento farmacológico desde hacía por lo menos un mes y que hacían poca actividad física.

A cada uno se le indicó ejercicio aeróbico personalizado y acorde al nivel de aptitud física, que incluía caminar alrededor de una pista, según explicó el autor principal del estudio, Anthony Kaleth, que diseñó las rutinas.

En tres meses, las rutinas de ejercicio moderado aumentaron dos sesiones semanales de 10 minutos cada una a cuatro sesiones semanales de 30 minutos al 60 por ciento de la frecuencia cardíaca máxima.

«Se lo consideraría ejercicio de intensidad baja a moderada en una persona promedio», comentó Kaleth, de Indiana University-Purdue University, Indianápolis.

En los tres meses del programa y durante los seis meses posteriores, los participantes respondieron cuestionarios sobre actividad física y variación de los síntomas de la fibromialgia, incluido el deterioro muscular, el bienestar general, el nivel de dolor y la depresión.

Al final del estudio, 27 participantes habían sostenido la intensidad del ejercicio durante los nueves meses, 68 aumentaron el esfuerzo físico durante tres meses y luego volvieron a la intensidad inicial, y 75 no hicieron más actividad física que al

inicio del estudio.

Los dos primeros grupos sentían menos deterioro físico y mayor bienestar general que los que no aumentaron el esfuerzo físico. El aumento gradual sostenido de la intensidad estuvo asociado con una leve reducción del dolor, no así el aumento

repentino y pasajero de la intensidad. El nivel de depresión no varió en ninguno de los grupos.

«Una de las mejores actividades terapéuticas para la fibromialgia es el ejercicio», dijo Kaleth. «Nuestro estudio lo confirmó», agregó el especialista. En “Arthritis Care and Research”, el equipo publica que cualquier aumento de la actividad, sostenida o no en el tiempo, modificó positivamente los síntomas sin elevar el dolor.

Kaleth consideró que si el estudio hubiese durado más tiempo, los autores habrían detectado más beneficios en los participantes que más respondieron al programa.

La mayoría de los pacientes utiliza una terapia farmacológica combinada que incluye analgésicos, antidepresivos y anticonvulsivantes para aliviar los síntomas de fibromialgia.

Los médicos recomiendan caminar, nadar o hacer ejercicios aeróbicos en el agua, pero muchos pacientes no lo hacen. «Están más preocupados porque sentirán dolor, pero eso es un efecto psicológico», aclaró Kaleth.

Matteson explicó que empezar con demasiada intensidad antes de reforzar la resistencia produce dolor en cualquiera, con o sin fibromialgia.

«Es un paso más en términos de los resultados reales que encontramos», sostuvo Kaleth.

Con información de Reuters

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