Horas después de que se pusieran en marchas los ejercicios militares conjuntos entre Corea del Sur y Estados Unidos en aguas del Mar Amarillo, el gobierno de Corea del Norte de inmediato realizó el despliegue de decenas de misiles tierra-aire y tierra-tierra que apuntó hacia su vecino del sur, para responder en caso de algún ataque con el pretexto de estas maniobras navales, señala información de la agencia KCNA.
El comunicado norcoreano refiere que no titubeará en responder cualquier agresión que viole su soberanía territorial.
En su mensaje, el régimen comunista de Pyongyang aseguró con su habitual retórica bélica, estar “preparada para aniquilar” a Corea del Sur si su soberanía es violada. “Mostraremos un ejemplo firme y sin piedad a cualquier provocación sobre nuestra dignidad y soberanía”, señala el régimen de Kim Jong-il a través de su comunicado.
Las maniobras militares de Corea del Sur y EU no solo agregan más fuego a la tensa situación que sufre la península coreana, sino que además son contempladas con recelo por China, el único aliado de Kim Jong-Il. El régimen de Pekín redobló sus esfuerzos diplomáticos y envió a uno de los miembros del Consejo de Estado, Dai Bingguo, a Seúl para entrevistarse con el presidente surcoreano, Lee Myung-Bak.
Con información de Crónica.
