El panista Diego Fernández de Cevallos reconoció que las cartas publicadas durante su secuestro sí fueron de su autoría pero también admitió que parte del acuerdo para su liberación fue que a su salida debía tener un discurso en defensa de los pobres y en contra de la injusticia.
Entrevistado por Ciro Gómez Leyva señaló que “sí fue parte de un acuerdo en donde yo asumiría, de acuerdo a mis propias convicciones, una lucha con valores fundamentales para este país, como puede ser la lucha contra la pobreza, la corrupción, la impunidad”.
Sin embargo, Fernández de Cevallos, a un mes de su liberación, aseguró que esta lucha “no es novedad” pues recordó que siempre ha trabajado para ello pero “no traigo una lucha de nosotros los pobres, ustedes los ricos”, lo que calificó como “payasadas” por parte de “sinvergüenzas”.
Diego aseguró: “No tengo la menor duda de que son criminales de altísima peligrosidad, pero si hablan de millones de pobres no los están inventando, también existen”.
Respecto a los reclamos que le hacían sus secuestradores, el también llamado Jefe Diego comentó que fueron “lo mismo que dice López Obrador, exactamente lo mismo” e insistió en que sus plagiadores “me trataron con respeto”.
El panista, quien detalló que nunca fue golpeado, habló sobre una dualidad en su secuestro pues “por una parte la brutalidad, el atropello, la infamia y la cobardía; y por otra, el respeto, la discusión y el debate”.
Sobre las dos misivas que envió a su familia y que se dieron a conocer, el ex senador señaló: “lo que firmo, lo asumo como mío” y relató que la escritura de estas cartas y muchas más, se realizó a través de negociaciones “partes fueron mías (pero) no todo fue mi deseo”.
Sí va al Consejo
Diego Fernández de Cevallos, tras señalar que ya regresó a sus actividades laborales y ejerce en su despacho, adelantó que para seguir con su vida política “Espero estar en el consejo del PAN. Si la vida me lo permite ahí estaré”.
Además, el también ex candidato presidencial negó que haya pedido a las instituciones que no trabajaran en su rescate, sino que “no interfirieran con el esfuerzo sobrehumano” de su familia.
“Si la autoridad hubiera podido rescatarme a sangre y fuego, lo hubieran hecho”, dijo.
«En un secuestro es muy difícil poner toda la confianza en las autoridades cuando sabemos de las infiltraciones que hay», agregó.
COn información de Milenio.
