35 años de Pedagogía en Colima

Diario de Educación

Por: Juan Carlos Yáñez Velazco

En febrero de 2020 la Facultad de Pedagogía cumplirá 35 años. Es la primera facultad de la Universidad de Colima, no la primera escuela, que fue Derecho. Pedagogía, en cambio, es la primera que recibió ese estatus por el Consejo Universitario, gracias a los estudios de posgrado que ofrecía, hecho que diferencia en la máxima casa de estudios colimense a una facultad de una escuela superior.

En el marco de los festejos para conmemorar el aniversario, y los 80 de la Universidad, se prepara ya un programa de actividades que convoque a su actual comunidad y a quienes pasaron por ella durante más de 30 generaciones.

Ignoro cuántos egresados habrá de las cuatro carreras que ha ofrecido (pedagogía, educación superior, psicopedagogía y planeación y administración educativa) y de sus posgrados (especialidades, maestrías y doctorado), pero son ya muchos, laborando en distintas instituciones de todos los niveles y en varios estados del país o fuera de México.

El aporte de la pedagogía, simbolizada por la Facultad universitaria, es un ejercicio todavía pendiente al que nos sumaremos a través de un libro colectivo en proceso. Participamos en la obra algunos egresados y maestros. Por supuesto, no vacilo: la huella de la facultad está presente en el sistema educativo estatal, con inestimables virtudes.

Hace cinco años también coordinamos otro libro conmemorativo: “Memoria y presente. Tres décadas de Pedagogía en Colima”. El nuevo, en la misma línea, de reflexión sobre el presente y el futuro, será distinto, por los temas a que convocamos y por los autores de los capítulos.

Los festejos de este tipo son ocasión inmejorable para la memoria, la gratitud y el goce, pero también, oportunidad para la autocrítica y la identificación de las dificultades, para los balances y propuestas.

Tuve la fortuna de estudiar en ella y hoy sigo enseñando, investigando y tratando de colaborar en el esfuerzo formidable de preparar a profesionales de la educación y buenas personas para las escuelas. Es una tarea complicada a la que cada día voy con una pregunta: ¿qué me corresponde realizar para que los estudiantes estén seguros de que vale la pena venir a la universidad y estudiar pedagogía?

Casi siempre tengo certezas, pero a veces dudo, y espero que llegue el nuevo día, para intentarlo mejor. Así ha sido, así será los próximos años.