México: Futuro Sombrío (No hay dinero para pagar multas)

Por Carlos Orozco Galeana

El covid nos cambiará hasta el modo de caminar han dicho más de algunos frente a la epidemia que deja ya en nuestro país más de 52 mil muertos oficialmente contados, sin considerar los miles que han fallecido en domicilios, los que no alcanzaron a llegar a los hospitales, los que fueron rechazados en las instituciones sin recibir la atención debida y los que murieron sin que se supiera si fue o no por el coronavirus.

La última semana se multiplicaron las críticas hacia la Secretaría de Salud, concretamente al subsecretario más famoso del mundo por considerar que su papel no ha sido del todo eficaz, porque “ha fallado en sus predicciones” porque se despreció oficialmente el uso de cubre bocas ( ignorando la idiosincrasia del mexicano ) durante mucho tiempo y porque los picos a los que supuestamente seguirían las “mesetas” son interminables.

México está asustado, principalmente los habitantes de siete entidades entre las que se encuentra Colima y en las que la pandemia ha cobrado gran fuerza las últimas dos semanas.

En nuestro terruño nos preguntamos a qué se debe el alto número de contagios y muertes siendo tan pequeño en territorio. No tenemos explicación, solo información acerca de recomendaciones que debemos seguir y no se siguen y sobre el número de muertes y contagios.

Ya se ha dicho que la infección mayor se ha dado en el puerto de Manzanillo por el movimiento económico a nivel nacional e internacional debido al tráfico de mercancías, pero se ha pasado por alto que algunos sectores de población no han atendido instrucciones de las autoridades y se han rebelado incluso contra todo tipo de precaución. No sé qué pasa a muchos manzanillenses, como que la vida no les importa.

El gobernador Ignacio Peralta ha hecho lo que está a su alcance y se ha disgustado hasta con el presidente para lograr mayores apoyos económicos y combatir la pandemia. Solo Dios sabe cómo le irá con él al final de sexenio en relación a ese diferendo y a otros temas en debate. De que traen pleito, lo traen.

Hemos asistido a un cúmulo informativo sobre la pandemia. Miles de cables noticiosos procedentes de todos los rincones nos mantienen en vilo. Decenas de instituciones y académicos han externado sus opiniones sobre su naturaleza y evolución. La mayoría difiere en sus valoraciones.

Yo me atengo a las explicaciones de la UNAM, máxima casa de estudios del país aunque le duela a muchas privadas, que desarrolla un planteamiento crítico frente a la pandemia pues no tiene nada que ver con el poder ni sus académicos puede ser regañados por el presidente.

Son libres y por ello advierten que se producirá una catástrofe sanitaria entre octubre y noviembre por la aparición de virus estacionales invernales respiratorios.

Esta situación exigirá, plantean científicos del área de genética molecular, un cambio drástico en la estrategia gubernamental que incluya la aplicación de un número mayor de pruebas de covid, detección oportuna de los contagios, aislamiento de los casos positivos y cuarentena de los contactos.

“Hasta ahora no hay control sobre la pandemia en México”, sentenciaron.

Una opinión que encierra alarma: a la pandemia de covid, se sumará todas las atenciones médicas postergadas durante estos meses, mismas que no podrán posponerse más. “Hay cirugías ya planeadas, tratamientos oncológicos y atención de enfermedades diversas que han quedado pendientes”, expresaron los académicos.

Influenza, dengue y Chinkunguya, como se sabe, son esas enfermedades que aparecerán en los penúltimos meses del año y que complicarán la operación de nuestro sistema de salud, principalmente en regiones tropicales.

Esta realidad complejal deberá ser abordada por los mejores profesionales de la salud, no por aprendices ni gente sin perfiles que obtiene cargos por amistad con los gobernantes o altos políticos de turno, lo que a final de cuentas no solo es deshonestidad sino puede considerarse hasta como un crimen pues decisiones tardías o erróneas se traducen en muertes.

Digo esto porque en Chihuahua, cuyo anterior secretario murió por covid y era médico, se nombró a un economista como su sustituto. ¿ Qué no encontraron en todo México un epidemiólogo que hiciera frente con más conocimientos a la pandemia? ¿ Cómo podría quejarse ese gobernador ante Amlo o López Gatell si para empezar otorgó un nombramiento no tan preciso?

En fin, en lo que toca a Colima, necesitamos energía y determinación de las autoridades para evitar que por negligencia de muchos muera gente inocente que tenga la desgracia de infectarse por culpa de un irresponsable que no creyó en covid.

Bien por las autoridades que han optado aunque sea tardíamente por castigar a quienes les entra por un oído y les sale por el otro las recomendaciones para que persistan en el auto cuidado y protejan a los demás. Un pero nada más: la propuesta sobre el monto de la multa por no usar cubre bocas, es irracional, propia seguramente de quienes desconocen la realidad económica tan difícil que viven los colimenses. No hay dinero suficiente para pagar sanciones.