Hasta la noche del pasado martes, cuando el huracán “Jova” tocó tierra en la costa de Jalisco, había una pequeña comunidad con unas ocho casas rodeadas por maizales. Estaba entre dos cerros a 10 kilómetros del poblado de El Rodeo en el municipio de Cuautitlán de García Barragán, en la zona sur del estado.
Por la fuerza del agua, un cerro conocido como La Lupe se desgajó y para la mañana del miércoles pasado sólo quedaban ruinas y vestigios de sembradíos de lo que fue una comunidad.
Basura, piedras y lodo dominan el panorama. Donde había una casa ahora está una enorme piedra. En el área fue encontrada una mujer muerta y un hombre gravemente herido. Otro hombre de unos 70 años desapareció.
“En la noche empezó a caer muy fuerte el huracán y se vino la tierra con piedras y mucha agua. Entre las casas y los sembrados se hizo un río. Nunca habíamos visto nada así y se llevó todo”, relató Camerino Campos, un joven de 16 años que salió a tiempo de la comunidad y que hasta este lunes se refugiaba en un albergue con otras 40 familias.
“En la mañana todavía llevaba corriente el agua. Todos se asustaron porque donde se creó el río nunca hubo agua, ni paso de arroyos ni nada”, explicó el adolescente, quien logró salir con la mayoría de los pobladores.
Cuando el nivel del agua bajó, fue encontrado el cadáver de Anastasia Covarrubias, de 60 años de edad. A unos metros de donde antes hubo una casa, fue hallado con heridas graves un hombre de unos 80 años identificado como Valdomero Larios Andrade.
Este lunes, seis días después de la tragedia, Cirilo Campos Larios, de 70 años de edad, esposo de Anastasia, aún era buscado por el Grupo Aéreo Fénix, que ya había extendido el operativo a más de 30 kilómetros el perímetro de investigación.
Con información del Universal
