La radio y los derechos

SOCIALIZANDO DATOS

Por: Balvanero BALDERRAMA GARCÍA

Estar en una cabina de radio es muy peculiar; es un espacio muy acogedor, agradable. Un sitio cerrado, aparentemente aislado, del resto de personas y del mundo.

Las formas y la disposición del mobiliario son diversas, pero la sensación es similar. Los objetivos de las diferentes estaciones, son también distintos. Sin embargo, es posible que para quienes hemos tenido contacto y acceso al espacio desde donde se generan las voces que recorren el espacio a través de las ondas hertzianas nos quede en la mente un lugar en específico. En lo particular, viene a mi memoria la cabina de Universo 94.9, con sus colores, su sobriedad y la calidez de su atmósfera.

Y decíamos que parece ser un espacio aparentemente aislado, pero está altamente vinculado. A través del micrófono, de las redes sociales y el teléfono, es un medio que está en interacción con las y los radioescuchas. Estar al frente de un micrófono es una gran responsabilidad.

En ese sentido, por la responsabilidad que implica y hacia quienes están dirigidos programas y contenidos, es que se reguló en lo que se denomina Derechos de las Audiencias.

Estos derechos, que tienen que ver con considerar a las personas que sintonizan la radio más que sólo consumidores; tiene que ver con el reconocimiento y formación de audiencias críticas y participativas.

Algunos de estos derechos son (tomados de cirt.mx): recibir programación que incluya diferentes géneros que respondan a la expresión de la diversidad y pluralidad de ideas y opiniones que fortalezcan la vida democrática de la sociedad; recibir contenidos que reflejen el pluralismo ideológico, político, social y cultural y lingüístico de la Nación; que se respeten los horarios de los programas y que se avise con oportunidad los cambios a la misma; estará prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas; el respeto de los derechos humanos, el interés superior de la niñez, la igualdad de género y la no discriminación

Hace tiempo hubo quienes vaticinaron el fin de la radio, ante la irrupción de las nuevas tecnologías; y, curiosamente, son esas mismas tecnologías las que ahora le dan posibilidades globales.

Ciertamente, el porcentaje de hogares con radio en el país ha presentado una disminución al pasar del 89.3% en el 2005 al 52.6 por ciento en el 2018 (INEGI/ENDUTIH); pero hay que tomar en cuenta que la radio se puede escuchar en el aparato tradicional, pero también a través de la computadoras y los teléfonos inteligentes, conectados a la red de redes.

Ahora la radio, en sintonía con lo que sucede en muchos lugares, es un espacio también para los derechos humanos, para los derechos de las personas, para los derechos de las audiencias.

balvanero@gmail.com