SOCIALIZANDO DATOS / Cuando amaine…

Por Balvanero Balderrama García

Cuando amaine… y no me refiero a las lluvias, el calor, o situaciones climáticas. Pienso en cuando disminuya el furor de esta emergencia sanitaria, cuando aprendamos a convivir con este virus que nos ha vuelto de cabeza y desquiciado nuestras aparentes certezas.

Quién no ha imaginado lo que hará cuando esto pase; incluso se ha llevado a la pantalla en forma de comercial hiper optimista –dando también una desinformación- en el sentido de que se podrá salir, correr, abrazarnos, hacer todo lo que antes hacíamos y en la forma en que lo hacíamos. Pienso que no hay tal.

Pero sí pienso que cuando esto disminuya, podré tener una cercanía –que se extraña- con las personas significativas en mi vida. Pienso en mi padre, que recientemente lo pude ver después de muchos meses y no se pudo convivir de la manera habitual, eso nos pega a todas y a todos.

Cuando esto pase, espero que podamos valorarnos más, como seres humanos con muchas limitantes y debilidades, pero también con grandes fortalezas que nos permiten salir adelante. Que tengamos la humildad para reconocer aquello en lo que contribuimos para destruir un entorno que no es nuestro.

En darnos la mano, establecer la cercana comunicación que ahora se hace a la distancia o está de plano interrumpida, latente, esperando el mejor momento para resurgir. Escribía Juan Carlos Yáñez que extrañaba el sonar de las copas y el resonar de las voces –palabras más, palabras menos-, lo comparto.

En estos meses no se han podido compartir las alegrías ni las tristezas; no se ha podido dar la sonrisa abierta ni el abrazo solidario.

Pero, con el permiso de Kondratiev y tomando prestada su teoría de las ondas –que utilizó en el plano económico-, nada es para siempre; son ondulaciones que se van presentando; fluctuaciones que tendrán su inicio, despegue, cima y declive; esperemos que la cima no esté muy distante en lo que ahora vivimos y el declive también se de en el futuro cercano.

La economía, en todos sus aspectos, tiene situaciones de emergencia, así lo muestran los datos que periódicamente nos comparte INEGI. Todos los aspectos de la vida humana han sido trastocados. Esperemos que pronto amaine.

Comentario

Era una persona con quien daba gusto platicar; un anecdotario andando. De la cultura del esfuerzo, el trabajo pesado lo inició siendo muy joven. Aprendió una gran cantidad de oficios y, uno de ellos, el de trailero, lo llevó a casi toda la república.

Vecino del antiguo barrio de Guadalajarita, Don Polo –Leopoldo Juárez Flores- fue al encuentro de su Tere. Aquí se le extraña, ya habrá ocasión, cuando nos toque seguir su camino, de encontrarnos y ante una vasito del bueno platicar otra vez. Hasta pronto Don Polo.

balvanero@gmail.com / @Balvanero.B