Al reflexionar sobre los setenta años que cumple la Universidad de Colima, el rector Miguel Ángel Aguayo López dijo que hay muchos logros importantes, como el desarrollo de un sólido cuerpo académico (uno de los tres mejores del país), la eficiencia en el egreso de los alumnos, el ser pioneros en proyectos nacionales y recibir, desde hace seis años, la constancia de calidad que otorga la SEP, y que a él, en lo personal, lo que le da una mayor satisfacción es cuando firma un nuevo título.
El título, aclaró, “representa tal vez el logro y la mayor satisfacción de un rector, porque detrás de ese documento hay un esfuerzo del propio estudiante, el apoyo familiar y una serie de políticas institucionales que permiten que un joven salga de la institución con una formación profesional de calidad”.
En una entrevista concedida a Televisión Universitaria reconoció el esfuerzo de los que han hecho posible la creación, desarrollo y consolidación de esta casa de estudios que, como todas en el país, enfrenta retos de cobertura en educación la superior. “Necesitamos hacer más esfuerzos para brindarles a los jóvenes un espacio de formación profesional, pero también espacios de recreación, de disfrute y de expresiones culturales, que les permitan regresar al cultivo de los valores —que también son fundamentales en los universitarios— de justicia, libertad, tolerancia y honestidad”.
Hasta agosto de este año la Universidad ha egresado, durante toda su historia, a 31 mil 700 jóvenes con título “que han promovido —dijo— el desarrollo del estado. Ellos son la aportación que ha hecho la institución al desarrollo y la movilidad social. Se fundó bajo el espíritu de la justicia social; ha sido, es y seguirá siendo netamente popular y ha sabido, además, responder a los retos pasados, presentes, y sabrá responder a los retos futuros”.
Se mostró atento “a la complejidad del mundo que nos tocó vivir, donde lo único cierto es la explosión acelerada del conocimiento y las tecnologías, y hacia allá debemos dirigir nuestras energías para formar alumnos con las competencias necesarias para afrontar el mundo laboral que les espera”.
Valoró el clima de calma que la Universidad ha mantenido en los últimos treinta años, así como su compromiso con la sociedad y dijo, al hablar de su proyecto de cambio para los próximos veinte años, que “a veces es lento y difícil mover a una universidad, pero creo que los universitarios colimenses hemos sabido estar a la altura de los retos, y que vamos a seguir brindando espacios de formación profesional a toda la juventud colimense para transformar personas y formar ciudadanos”.
Sobre los festejos, dijo que iniciaron a principios de año y terminarán el veinte de noviembre, con la inauguración de la plaza del setenta aniversario. Este miércoles 15, el congreso local develará una placa en letras color oro, para reconocer la importancia de esta institución educativa en el desarrollo del estado y el jueves, alrededor de mil universitarios encabezados por el rector, participarán en el desfile oficial con música, danza y acrobacias.
Luego del desfile habrá una verbena en el parque Hidalgo, amenizada por el grupo de música Litoral, por el Mariachi de la U de Colima, la Banda de Viento del Bachillerato 20, por el ballet folclórico Cuicacalli, del Bachillerato 22 y por el colectivo La Tarantela.
El viernes 17 de este mes, informó el rector, en una ceremonia solemne realizada en el Teatro Universitario, la Universidad entregará la medalla “General Lázaro Cárdenas del Río” al arquitecto Enrique Ortiz Flores y al cirujano cardiólogo Rubén Argüero Sánchez”, y el doctorado Honoris Causa al arquitecto Carlos Morales Hendry y al destacado pedagogo Ángel Rogelio Díaz Barriga Casales.
Esa noche, durante la ceremonia, se escuchará la “Marcha del setenta aniversario”, compuesta por el maestro Miguel Ángel Ayala e interpretada por la Banda Sinfónica de la U de Colima y el Gran Coro Universitario, integrado por los grupos Cantares, Coral Divas, el Coro de la U de C, el Coro del Ballet Folclórico, los Niños Cantores y Voces Femeninas, bajo la dirección de la maestra Agustina Murguía y el maestro Ignacio Quintero al piano.
