Senadores de oposición criticaron la conducción de la política exterior mexicana, pues consideran que se ha permitido que Estados Unidos vulnere la soberanía nacional a través de operativos como Rápido y furioso, diseñado para detectar a contrabandistas de armas, y del envío de aviones estadounidenses no tripulados para buscar a delincuentes en territorio mexicano.
La canciller de México, Patricia Espinosa, comparece este jueves ante el Senado para explicar, entre otros temas, la postura del gobierno mexicano respecto del caso de la francesa Florence Cassez y la situación de la relación con Estados Unidos.
Rosario Green, senadora del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, señaló que la política exterior mexicana «presenta muchos flancos débiles», pero lo que más preocupa son el estado de los vínculos con el gobierno estadounidense.
Mientras, Ricardo Monreal, del Partido del Trabajo (PT), dijo que la política exterior del gobierno de Felipe Calderón es «un desastre», debido a que ha incrementado la dependencia hacia Estados Unidos.
Autoridades mexicanas confirmaron el miércoles que permitieron que aviones no tripulados de Estados Unidos volaran sobre territorio mexicano para buscar a narcotraficantes en la frontera común.
Legisladores de oposición sostienen que, al conceder ese permiso, el gobierno violó la soberanía nacional porque debía consultar antes al Senado, que es la cámara del Poder Legislativo encargada de revisar la política exterior.
«Esta operación es absolutamente ilegal e inconstitucional. (…) El tema de los aviones espía vino a darle la puntilla a la credibilidad que algún día pudo haber tenido a la política exterior mexicana», dijo Monreal.
«Calderón no sólo nos tiene sumidos en la peor crisis de seguridad (…) también ha colocado al país en una de las situaciones de mayor dependencia con Estados Unidos», agregó José Guadarrama, del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Luis Alberto Villarreal, del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), respaldó las decisiones de las autoridades bajo el argumento de que «el interés y la soberanía nacional se encuentran amenazados principalmente por el crimen organizado». Aclaró que México debe conocer con exactitud cómo Estados Unidos lleva a cabo sus operativos contra la delincuencia.
Desde diciembre de 2006, cuando asumió el poder, Calderón inició una lucha contra los grupos delictivos, una estrategia en la que ha colaborado Estados Unidos mediante la entrega de vehículos o entrenamiento.
Ambos países consideran la delincuencia un problema común, pero reconocen que la cooperación bilateral para enfrentarlo debe ser mayor.
En la comparecencia, la canciller expuso cuáles sido han las acciones en los casos señalados por los legisladores.
Con información de CNN.
