México.- La Comisión Permanente del Senado aprobó un dictamen con punto de acuerdo en el que demanda a la Secretaría de Salud informe sobre los posibles daños a la salud por el cigarros electrónicos para regular su uso en el país.
Los cigarrillos electrónicos se comercializan al margen de toda regulación e información para los consumidores, por lo que se necesita analizar el contenido de los líquidos que usan y las medidas aceptadas para verificar la seguridad de quienes los consumen.
“El sustituto pareciera no ser tan dañino como el convencional, pero hace falta más investigación para determinar con certeza las políticas públicas que deberán implementarse en cuanto a su uso”, detalla el dictamen.
Los cigarrillos electrónicos son dispositivos con forma de cigarrillo -aunque también los hay en forma de puro y pipa de agua- sin tabaco, usados con o sin nicotina, saborizantes y otros ingredientes utilizados en la fabricación de los cigarrillos.
Funcionan mediante un sistema electrónico con batería recargable, con la que se produce calor y un atomizador vaporiza una mezcla con o sin nicotina, propilenglicol y otros y se utiliza inhalando el vapor producido, simulando a los cigarrillos tradicionales.
“No se pueden excluir los riesgos para la salud asociados al uso o a la exposición al vapor de los cigarrillos electrónicos, entre los que destacan el que a corto plazo, se han hallado efectos fisiológicos adversos en las vías respiratorias similares a los asociados al humo de tabaco, por lo que son necesarios más estudios para conocer los efectos a largo plazo”, indica el documento.
“Se han encontrado sustancias cancerígenas en líquido y vapor de cigarrillos electrónicos, y se han descrito efectos adversos relacionados con su uso, algunos severos, y la utilización de estos productos genera emisión de propilenglicol, partículas PM2.5, nicotina y sustancias cancerígenas que contaminan los espacios cerrados”, agrega.
“Los principales ingredientes –propilenglicol, glicerina y aromatizantes- han sido aprobadas para su uso en alimentos pero eso no significa que sean seguros para ser inhalados repetidamente, como ocurre con los cigarrillos electrónicos”, expone el dictamen.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es una de las mayores amenazas para la salud pública en el mundo, pues mata a casi seis millones de personas al año, de las cuales, más de 5 millones lo consumen o lo han consumido y más de 600 mil son no fumadoras, expuestas al humo ambiental, es decir, fumadores pasivos.
Asimismo, el Instituto Francés de Consumo, en su análisis de muestras de cigarrillos electrónicos, ha denunciado la existencia de deficiencias de mecanismos de seguridad para proteger a los niños porque la dosis de nicotina que contienen puede ser letal para éstos. BP