Colima.-Tras el sobrevuelo privado que realizó en una avioneta el pasado martes de esta semana, el profesor-investigador de la Universidad de Colima, Nick Varley, pudo comprobar algo que notó días antes gracias a Webcams de México: que está creciendo un pequeño domo en la parte éste del cráter del Volcán de Colima.
Una semana antes, notó por la noche más incandescencia al interior del cráter, algo que sólo se explica por la aparición de magma fresco. Así que para conocer de cerca la situación, él y varios alumnos suyos pagaron un vuelo al cráter del volcán para observar de manera directa si había un nuevo domo o no, luego de meses sin que el volcán acumulara magma.
Desde julio del año pasado, el comportamiento común en el volcán habían sido las erupciones explosivas, no la acumulación de magma.
El científico de la Universidad de Colima explica, a grandes rasgos, que existen dos tipos de erupciones, las efusivas y las explosivas. En las efusivas, el magma sale de manera pasiva, en la forma de un líquido viscoso, algo parecido a como sale la pasta de dientes. Ese magma sale despacio y se va acumulando hasta formar un domo que luego puede llenar el cráter, y por su propio peso y con ayuda de la gravedad, se desborda y cae por los flancos del volcán.
En las erupciones explosivas, lo que predomina es el gas. En ellas, la salida es más violenta que pasiva. Sale magma, pero en forma de ceniza o de rocas llamadas balísticos por los expertos, aunque a lo lejos sólo podemos ver ceniza.
Junto con la incandescencia, dijo Nick Varley en entrevista, otros parámetros que consideraron antes de realizar el vuelo fueron la disminución de la explosividad y pequeños cambios en la sismicidad volcánica.
Gracias al vuelo pudieron comprobar que existe un pequeño domo, de unos 25 metros de diámetro por 10 de alto, que se ve aún pequeño en un cráter de casi 300 metros de diámetro. Notaron además, al apuntar hacia el domo la cámara térmica, que las temperaturas allí son de unos 700 grados centígrados. Esta medición, si se hiciera de manera directa, dijo, sería de alrededor de 850 grados.
La zona más caliente en el cráter, medida durante un vuelo hace un mes, informó, coincide con aquella en la que salió el nuevo domo.
Además, el cráter actual, dijo Nick Varley, es más hondo que en otros años; esto significa que tardará más tiempo en llenarse con magma.
El nuevo domo, agregó, “marca un nuevo episodio de efusión, y es importante estar al pendiente, porque si aumenta su velocidad de crecimiento podría aumentar la posibilidad de un nuevo colapso, como en julio del año pasado, lo que generaría una situación de posible riesgo”.
Un cálculo aproximado, dijo, del ritmo de crecimiento del domo sería de 0.02 metros cúbicos por segundo. Pero para una cifra más exacta necesitan realizar más mediciones, ya que el crecimiento de un domo puede ser hasta de 10 metros cúbicos por segundo. BP
