El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) realiza diversas acciones para la prevención de infecciones respiratorias, como: educación en salud, aplicación de vacunación específica contra la influenza, atención médica oportuna de casos sospechosos y difusión de información en medios de comunicación.

Al respecto, la doctora Martha Irazema Cárdenas Rojas, encargada de la Jefatura de Servicios de Prestaciones Médicas en la Oficina de Representación Colima del IMSS, informó que la influenza es una enfermedad respiratoria viral, aguda y contagiosa, la cual se trasmite fácilmente de una persona a otra, de cualquier edad, y en los meses de invierno es cuando alcanza mayor auge esta enfermedad.

Indicó que los principales síntomas de la influenza son: fiebre, tos y dolor de cabeza, puede acompañarse de dolor faríngeo, congestión nasal o rinorrea, inflamación de la mucosa de las fosas nasales, además de dolores en los músculos, articulaciones, dolor torácico y abdominal, así como ataque al estado general; agregó que ocasionalmente se pueden presentar náusea, vómitos y diarrea.

Además, puntualizó que en los recién nacidos la sospecha de influenza se manifiesta con fiebre alta, letargia, rechazo de alimento, piel moteada y dificultad para respirar.

Cárdenas Rojas resaltó que ante la sospecha de influenza, el tratamiento específico es con antivirales; el éxito del tratamiento antiviral es mayor si se inicia de manera temprana, en las primeras 48 horas de su detección.

Mencionó que algunos grupos de cierta edad presentan mayor riesgo a desarrollar infección grave, por ejemplo, los menores de cinco años, los adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con padecimientos crónicos como la diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedad pulmonar crónica, insuficiencia renal, enfermedad cardiaca, insuficiencia hepática, inmunosupresión y/o asma.

Recomendó como medidas preventivas ante este virus, tanto para evitarlo como si se tiene sospecha de tenerlo, las siguientes:

1. Aplicar la vacuna contra influenza si es parte de los grupos de riesgo.

2. Cubrir los lugares donde puedan entrar corrientes de frío.

3. Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón, o usar alcohol gel.

4. Al toser y estornudar, cubrirse con un pañuelo o con el ángulo interno del brazo.

5. No automedicarse.

6. No permanecer en lugares donde haya humo de cigarro y, en general, abstenerse de fumar.

7. Evitar la exposición a contaminantes ambientales.

8. Evitar el saludo de mano, besos y abrazos.

9. Promover el aporte adecuado de líquidos y frutas ricas en vitaminas A y C.

10. Promover el ejercicio y las actividades al aire libre.

11. Evitar tocar ojos, nariz y boca, ya que los microorganismos se propagan de esta manera.

12. Tener un control adecuado de padecimientos concurrentes (inmunosupresión, enfermedades crónicas, VIH, entre otros).

13. Habilitar una adecuada ventilación y evitar el hacinamiento.

14. Evitar el contacto directo con personas enfermas, cambios bruscos de temperatura, el tabaquismo activo o pasivo, uso de leña o de braseros en habitaciones cerradas.

Aconsejó que se debe de evitar escupir en el suelo y en otras superficies expuestas al medio ambiente; no compartir vasos, platos y cubiertos, así como alimentos, bebidas y utensilios de aseo personal; seguir las recomendaciones del médico y no automedicarse, todo esto si existe sospecha de la enfermedad.

Cárdenas Rojas precisó que cuando el familiar o cuidador esté en contacto con un caso sospechoso, probable o confirmado de influenza o COVID-19, en el domicilio se deberá usar de forma permanente mascarilla quirúrgica o cubrebocas hasta la resolución de la sintomatología del paciente con infección respiratoria febril aguda.