“El reto para el desarrollo del campo mexicano está en la organización productiva de los pequeños agricultores”, expresaron los ponentes del taller brindado a estudiantes del último semestre de Agronomía bajo el título “El fomento de la innovación y cultura emprendedora del medio rural”, el cual se realizó en el Campus de Tecomán.
Este curso fue organizado por la Dirección General de Innovación y Cultura Emprendedora (DGICE) y la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Colima.
Los productores pequeños o minifundistas, que generalmente cultivan poca superficie o manejan pequeños hatos de ganado, obtienen bajos rendimientos de producción y, por su aislamiento geográfico, se ven forzados a vender a coyotes a precios bajos y comprar los insumos de la producción (fertilizantes, equipos, etc., muchos de ellos importados) a precios altos; por lo anterior, trabajan con pérdidas y dependen de los subsidios del gobierno.
“Esta situación obliga a que los hijos de los campesinos prefieran emigrar fuera del campo que quedarse en la pobreza”, expusieron. “Sin embargo, su principal reto es la organización, pues con ésta podrían alcanzar una mejor escala productiva y poder de mercado que les garantice mayores ingresos y ganancias”.
“Los profesionistas de las áreas agronómicas y veterinarias que trabajen con pequeños productores no pueden sólo enfocarse en problemas de agronomía y veterinaria sino que deben trabajar en su organización productiva. Para mejorar su situación económica y social, los productores deben organizarse en la compra conjunta de insumos, la venta de la producción, la agregación valor (o procesamiento) de la materia prima, así como para instrumentar esquemas de ahorro-préstamo, y crear empresas comercializadoras y centrales de maquinaria”, dijeron los ponentes.
Por tanto, los veterinarios y agrónomos deben innovar su actividad profesional y trabajar en emprendimientos sociales, como una organización de productores minifundistas. “Estos planteamientos no son teóricos sino que provienen de la experiencia laboral de los ponentes, quienes han trabajado con productores de Oaxaca, Puebla, Jalisco y el Estado de México, donde instrumentaron, entre 2004 y 2010, el Modelo Integral de Agronegocios Sustentables (MIAS) en productores minifundistas de maíz”, comentaron los organizadores de dicho taller.
José A. Vargas, ponente del taller, es miembro de las Agencias de Desarrollo Rural (ADR), contratadas por la Secretaría de Agricultura (SAGARPA) para operar el Proyecto Estratégico de Seguridad Alimentaria (PESA) en el estado de Colima. Este programa brinda asesoría técnica en agronomía, nutrición humana, organización de productores, comercialización y demás a productores, en su mayoría mujeres campesinas, de sesenta comunidades marginadas y rurales del estado.
Además, el PESA incluye el fomento de inversiones productivas para las familias con huertos, granjas de gallinas, de caprinos o porcinos. La finalidad del PESA, dijo, “es mejorar la nutrición de la familia campesina y generar ingresos complementarios por actividades productivas”.
Los miembros de la DGICE informaron que planean replicar estos talleres que fomentan la cultura emprendedora con compromiso social entre los estudiantes de diversas facultades de la Universidad de Colima. “La finalidad es que los estudiantes mejoren sus capacidades de gestión y que, en su vida laboral, contribuyan a la organización comunitaria, inciten a formar alianzas estratégicas con los sectores sociales y fomenten la innovación y el emprendimiento en los sectores donde trabajen”.