SEAN OSMIN HAMUD RUIZ
15/JUN/2019
REALIDAD
En diversas lecturas y comentarios se ha dicho o señalado que la realidad está golpeando el proyecto del Presidente o que en el tiempo terminará por confrontarlo consigo mismo. Ya sabemos, no lo cree así, o bien, no lo visualiza en su horizonte.
Eso quiere decir que vive en SU realidad.
El problema es que va mucho más allá de sus otros datos. Más allá de los sabotajes que observa en el ejercicio legal de los amparos conta la cancelación del aeropuerto de Texcoco. Más allá del criterio que verbaliza al señalar la carencia moral de la comisión nacional de derechos humanos y sus recomendaciones. Más allá de su definición como desadaptados de quienes renuncian a continuar siguiéndolo en su transformación.
Es en esta circunstancia donde solo él puede informar. Donde solo él es capaz de escribir el plan nacional de desarrollo. Donde solo él puede interpretar la ley y hacerla justa. Donde solo él puede dilucidar entre un pueblo bueno y otro rapaz.
El material del que está hecha su cápsula es denso, tanto que, por ejemplo, lo sucedido en Baja California y su desplante anticonstitucional no permea. Lo sucedido con el conflicto que se desató con la policía federal, no permea. Lo sucedido con el desabasto de medicamentos, no permea. Lo sucedido con los libros de texto gratuito, no permea.
¿Deberíamos preocuparnos por esta selectividad que pretende imponer escenarios harto optimistas?
Mucho.
Estamos viviendo cotidianamente esa reflexión de Confucio que quiere prevenirnos de la naturaleza humana, pues cuando se señala la luna, el necio solamente es capaz de mirar el dedo.
En este caso SU dedo.
