Colima.- Tres universitarias destacadas nacional e internacionalmente en su respectivo campo de especialización: Vlada Vassilieva, María Elena Tejeda Yeomans y Marianne Gavino, coincidieron en señalar la importancia del entorno familiar durante los primeros años de vida, para elegir después una disciplina o carrera profesional.

Las tres participaron en un conversatorio organizado hace días por la Coordinación General de Extensión y por Universo 94.9, en el marco del Día Internacional de la Mujer.

Vlada Vassilieva, pianista y profesora del Instituto Universitario de Bellas Artes (IUBA), compartió que al ser sus padres músicos profesionales “crecí en un entorno donde la música profesional estaba presente en todo momento, un entorno que te impregna por completo y se empieza a convertirse en tu manera de ser”.

Agregó que dedicarse a una carrera en las artes o la música debe ser una decisión muy vocacional; en su caso, a los doce años se dio cuenta de que no sólo tenía ganas de dedicarse a la música, sino que “sería rotundamente infeliz si no lo hacía; entonces, más que una elección, en mi caso fue una necesidad de expresión. Tal vez en ese momento yo me imaginaba haciendo alguna otra cosa y finalmente todos mis pensamientos giraban en torno a la música, y en esa situación, es la decisión correcta siempre”.

Compartió que durante sus primeros años de vida, acompañando a sus padres en sus compromisos como músicos profesionales, se dio cuenta que el de la música era un entorno dominado prácticamente por los hombres y tuvo en su madre a su primer gran referente de una mujer dedicada a la música. Muchos años después, añadió, conocería a otra gran mujer en este ámbito cuando realizó su maestría en Nueva York; “por primera vez tuve una mujer maestra y desde ese momento me di cuenta de lo poderosa que puede ser una personalidad femenina en la música. Realmente ver a la maestra Pavlina Dokovska fue muy importante para mí, yo ya estaba formada profesionalmente, pero fue un extra que me dio también seguridad y hasta la fecha es uno de mis grandes referentes”.

Finalmente reflexionó que el mundo profesional, ya sea la ciencia, el arte o el deporte, tiene cada uno sus propias reglas y en el sentido más profundo de cada una de estas áreas, dijo, no importa si eres hombre o mujer sino qué tan eficientemente cumples con las reglas establecidas por cada disciplina; “creo que lo más absurdo que podemos hacer como seres humanos y como sociedad es negar la naturaleza femenina; la única manera en la que creo que podemos prosperar es aceptarla, conocerla y trabajar en conjunto hombres y mujeres”.

Por su parte, la científica universitaria María Elena Tejeda Yeomans, a través de videoconferencia, comentó que desde su infancia tuvo muchas maestras y maestros que le hicieron voltear a ver con interés materias como matemáticas, física o biología, pero tuvo a su vez intereses como la literatura y las artes visuales, que en algún momento consideró desempeñar de forma profesional aunque, agregó, su primera opción de carrera universitaria fue la de ingeniería civil por su contenido de física y matemáticas, pero también por la posibilidad de dibujar y hacer diseños.

“Mientras cursaba la carrera de ingeniería civil conocí a compañeros de otras áreas de las ciencias exactas como física y matemáticas y me impactó muchísimo lo que ellos estaban aprendiendo en clase, muy diferente a lo que me estaban enseñando en las mías, y fue así que decidí que me gustaba más lo que estaban estudiando mis compañeros de aquellas carreras”, compartió.

Recordó, entre sus grandes influencias en el campo de la ciencia, además de su propia madre, a sus profesoras de la universidad Laura Yeomans y Angelina Uribe, quienes le brindaron no sólo conocimientos sino también inspiración, por su carácter determinado y que en sus propias épocas tuvieron que abrirse campo en espacios dominados casi exclusivamente por hombres.

En este sentido, la investigadora aseguró que estas figuras relevantes en su historia de vida la empoderaron para atreverse a solicitar becas y realizar un posgrado en el Reino Unido, donde se encontraban los profesores con los cuales quería estudiar, y una vez que pasó los filtros académicos para obtener este apoyo, añadió, fue entrevistada por un panel de científicos del Conacyt, quienes le cuestionaron sobre qué garantías podía ofrecer a los organismos financiadores de culminar por completo su doctorado en física de partículas, dada su condición de mujer; “creo que ése es un filtro que no tiene nada que ver con tus habilidades académicas y fue el primero del que fui consciente que estaba siendo aplicado”.

Sin embargo, dijo, plantó cara a los entrevistadores demostrando que había cumplido con todos los filtros académicos, incluso con otras cualidades adicionales solicitadas por las universidades que ya la habían aceptado en el Reino Unido; “les pedí que me explicaran cómo la pregunta que me hacían tenía que ver con este procedimiento y que me mostraran el reglamento que indica que mi condición de mujer era algo que se tenía que poner en la balanza, y en ese momento cesaron de preguntarme”.

Por esta razón, concluyó, siempre que tiene oportunidad de hacer trabajo de mentoría con mujeres jóvenes que quieren seguir la carrera científica, trata de fortalecerlas y empoderarlas, pero también de crear conciencia en ellas para no solapar nunca este tipo de cuestionamientos.

Más adelante, la estudiante y deportista universitaria Marianne Gaviño señaló que en su familia siempre ha estado presente el deporte, ya que sus papás practican el futbol y el básquetbol; sin embargo, añadió, ella fue la primera en dedicarse a un deporte de contacto como el Jiu jitsu. “A lo largo de los años pasé por muchos deportes, pero mi interés duraba pocas semanas, hasta que conocí el Jiu Jitsu y desde el principio me pareció un deporte que te enseña humildad, en el cual no necesitas golpes y no te lastimas, porque una vez que sientes que entra una llave puedes hacer “tap”, es decir rendirte o rendir al oponente”.

Señaló que, desde sus inicios y al igual que sus compañeras panelistas, se dio cuenta que el suyo era un deporte en el que prácticamente no había presencia femenina, y enfrentó situaciones en las cuales sus compañeros de entrenamientos se sentían ridiculizados cuando ella lograba rendirlos; “aunque todavía predomina este pensamiento machista, el equipo femenil de Jiu Jitsu a nivel nacional y estatal ha crecido en los últimos años y muchas chicas siguen incursionando en este deporte”.

En otro momento la joven universitaria señaló que fue en su época de secundaria cuando le comentó a sus padres que se quería dedicar a este deporte profesionalmente, los cuales aceptaron su decisión pero le pidieron que estudiara una carrera universitaria relacionada con el mundo del deporte; “actualmente estoy feliz con mi decisión, enamorada totalmente de mi carrera, aprendiendo cada vez más y tengo en mente buscar una maestría y un doctorado al finalizar la licenciatura. Después quisiera transmitir mis conocimientos y trabajar principalmente con niños”.