PRELUDIO

Lecciones de Groucho a Indira

Por: Fernando Alberto Gutiérrez Fernández

La izquierda mexicana ha sido siempre ávida discípula del marxismo, pero no de la panacea ideológica formulada por Karl Marx, sino de las máximas y ocurrencias exclamadas por el genial humorista estadounidense Groucho Marx, quien esboza la forma en que la zurda mexicana entiende su quehacer partidista, en una contundente y lapidaria sentencia: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.”

El inclinación izquierdista por el anterior axioma puede distinguirse de entre su dialéctica del absurdo y su naturaleza mezquina y parricida, por su manera de entender la política y ejercer el poder. Constatar tales planteamientos no requiere un vistazo a los íconicos gobiernos de la Ciudad de México o Guerrero, basta con analizar las pautas del principal cuadro de la izquierda colimota y actual candidata a diputada federal Indira Vizcaíno Silva.

Las inconsistencias de la pretendiente a diputada federal pueden rastrearse desde su gestión como alcaldesa del municipio de Cuauhtémoc, en el cual incumplió sonados compromisos tales como la construcción de una Central de Maquinaria Agrícola y la aplicación del Plebiscito en las decisiones importantes del municipio; omisiones que fueron incluso denunciadas por sus correligionarios, quienes a la postre abandonaron a su paladín en consonancia con la innata volubilidad de la izquierda nacional.

No obstante el quebradizo derrotero de Indira como alcaldesa, son de importancia superlativa para la población, dada la alta encomienda destinada a un legislador, conocer los sofismas presentes en algunas de sus propuestas como candidata a diputada federal.

Días posteriores al inicio de su campaña, Indira presentó un pronunciamiento a favor de realizar una reforma a la Ley de Transparencia, con el supuesto objetivo de que exista una fiscalización “verdadera” de los recursos públicos en todos los niveles de gobierno. La evidente falacia del anterior planteamiento reside en la reciente aprobación de una nueva Ley General de Transparencia, la cual fue estructurada a través de un proceso que incluyó la participación de diversas organizaciones de la sociedad civil en foros abiertos, y cuyo descenlace fue la transformación del Instituto federal de Acceso a la Información (IFAI) en el Instituto Nacional de Acceso a la información (INAI).

El afán de innovación simulada de la joven candidata a la diputación federal se confirma cuando semanas despues propone legislar sobre los tópicos de reelección y ampliación de mandato, iniciativa recientemente presentada y aprobada con la reforma político-electoral, que incluye, entre otros puntos, la reelección de Diputados Federales, Senadores y presidentes municipales, cambios que entrarán en vigor a partir del año 2018.

Recientemente escuchamos a Indira Vizcaino reproducir una vieja creencia de la izquierda, resucitada en la propuesta de gravar de manera equitativa a los grandes consorcios transnacionales y las pequeñas y medianas empresas, evento que ocurre de facto en la actualidad. Las empresas transnacionales no cuentan en nuestro país con un régimen fiscal, empresarial o laboral especial o excepcional; sugerir lo contrario evidencía un desconocimiento que peligrosamente podría desincentivar la inversión extranjera en nuestro país.

El desconocimiento de la legislación fiscal de parte de Indira Vizcaino se confirma cuando afirma que la inexistencia en nuestro país del impuesto a las utilidades generadas en la Bolsa Mexicana de Valores, proponiendo en consecuencia aplicar un impuesto de entre el 7 y 10 % a las utilidades generadas. El impuesto a las utilidades de la bolsa de valores, está establecido en el artículo 129 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, el cual indica la aplicación de una tasa del 10% a las ganancias obtenidas en la enajenación de acciones emitidas por sociedades mexicanas o títulos que representen exclusivamente dichas acciones; dicho impuesto comenzó a aplicarse a partir de una iniciativa del Presidente Enrique Peña Nieto, cuyas acciones han sido increpadas por la otrora alcaldesa del municipio de Cuauhtémoc.

El salario mínimo también ha sido objeto de propuesta de la candidata a la diputación federal, respecto al cual propone un aumento que responda a a los incrementos en el costo de los productos de consumo básico. No obstante la pretendida buena voluntad del planteamiento, la magnitud del salario mínimo es directamente proporcional a la productividad y capacidad competitiva y económica del país, ajena a la volición de la clase política, y más bien definida por la comisión de salarios mínimos.

Los anteriores párrafos son muestra de cumplimiento cabal de la famosa sentencia de Groucho Marx que inauguró esta columna. Más allá de la agenda de ocurrencias, el principal yerro de la novel candidata es la simpleza de sus equivocaciones, que aderezadas con sus recientes estrategias de superficialidad, despiden un tufo populista que antes ha sabido hipnotizar diversas latitudes del país ¿lograremos los colimenses ser la excepción?

 

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