PRELUDIO

Un gobernador a la altura del puerto

Por: Fernando Alberto Gutiérrez Fernández

Colima es una entidad sui generis, determinada por sus reducidas dimensiones geográficas y demográficas, que contrastan con su policromía natural y cultural. Tales características configuran, entre otros aspectos, una dinámica política peculiar, que alcanza su esplendor en estas épocas electorales.

El análisis de las propuestas políticas de los diferentes candidatos que aspiran a la gubernatura puede simplificarse atendiendo a sus planteamientos en materia política y económica, cuyos polos geográficos se localizan en Colima y Manzanillo respectivamente. El caso de Manzanillo es de peculiar relevancia, dado su potencial portuario y las amplias expectativas para el comercio marítimo mundial en años venideros.

El transporte marítimo -de vasta importancia en el mundo globalizado- es estratégico en nuestro país, que realiza el 80% de sus exportaciones a través de dicha vía. La eficacia de la exportación y movilización de carga en nuestro país, dependerá, en gran medida, de su capacidad de adaptación a la dínamica maritima mundial.

En los próximos años ingresarán a la flota internacional los megaportacontenedores de 9,200 TEU´s (TEU es el acrónimo de Twenty-foot Equivalent Units, y equivale a la capacidad de carga de un contenedor normalizado de 20 pies, cuyo volumen interno es de 33 m3), por lo cual las navieras vislumbran sus nichos comerciales en aquellos puertos capaces de movilizar carga de tales magnitudes.

Un polo estratégico para el futuro ingreso de México a la lista de países con puertos de gran calado, es Manzanillo. El puerto colimense cuenta con el mayor movimiento de contenedores a nivel nacional, superando los 2 millones anuales; cifra que contrasta con los poco más de 7 millones de contenedores movilizados en el puerto de Long Beach en el pacífico estadounidense.

En Manzanillo, la necesidad de crecimiento portuario es evidente, al igual que su potencial comparado con el resto de puertos mexicanos, limitados por sus condiciones geográficas, e incluso políticas y sociales. Ante tal escenario, el desarrolllo de la infrestructura portuaria es menester para el futuro de la economía nacional y local, e inexorablemente debe estar contemplada en todo proyecto realista de quienes aspiran a encabezar el gobierno del estado.

No obstante la importancia superlativa del desarrollo portuario en nuestro estado, este ha sido un tópico eludido por más de un candidato a gobernador; 6 de los 8 aspirantes (Martha Zepeda, David Munro, Francisco Gallardo, Leoncio Morán, Gerardo Galván y Carlos Barbazán) no incluyen dicha propuesta en su proyecto, asentando su propaganda en planteamientos comunes, cuyo soporte principal es la alternancia en la administración estatal. Casual o causalmente, tales candidatos se localizan en las posiciones más desfavorecidas de las encuestas hasta hoy realizadas.

El candidato Jorge Preciado enlaza a su proyecto el tema del puerto, proponiendo la creación de un corredor industrial de “20 o 30 kilómetros” en el vaso II de la laguna de Cuyutlán para instalar “petroquímica básica” y una siderúrgica, que aduce serán capaces de generar hasta 100 mil empleos por año.

Tales propuestas denotan en el planteamiento su carácter vago y pretensioso, al sugerir un crecimiento industrial de dimensiones que superan a aquellas del vaso II, e incluso a las de la laguna de Cuyutlán en su totalidad, sin contemplar las dificultades técnicas, ecológicas y de inversión; para finalmente rematar con una ilusoria proyección en la cifra de empleos, que lleva implícita la sugerencia de un porcentaje pleno de ocupación para el estado al finalizar el sexenio, desdeñando la inexistencia histórica a nivel estatal, nacional e incluso internacional de tal evento, y la supeditación de dicho fenómeno a factores que superan los alcances temporales de un mandatario estatal.

El proyecto de Ignacio Peralta Sánchez para el puerto de Manzanillo, tiene como antecedente su impulso al desarrollo del vaso II de la laguna de Cuyutlán, así como a la construcción de la terminal de almacenamiento y regasificación; precedentes que sustentan sus propuestas respecto al crecimiento del puerto y la reubicación de la terminal de PEMEX hacia la zona lacustre de Cuyutlán.

En dicha tónica realista localizamos otros planteamientos del candidato de la coalición PRI-PVEM-PANAL, quien pretende aumentar la capacidad del puerto a 4 millones de contenedores, así como la generación de 10 mil empleos por año.

Por lo anterioremnte expuesto, no es de sorprender que Ignacio Peralta se mantenga como el puntero en las preferencias del electorado, y particularmente de los dirigentes sectoriales de Manzanillo, como fue demostrado en los encuentros que sostuvo con el instituto político empresarial, el I foro de prospectando la infrestructura y finalmente con la CROM, cuyos líderes y coordinadores otorgaron total apoyo a su proyecto de gobierno, debido a sus conocimientos, su visión y claro compromiso con el puerto de Manzanillo.

El análisis final reside en la ciudadanía, particularmente en el electorado manzanillense cuya avenencia, más allá del frenesí político, debe encontrarse con el candidato que asegure el desarrollo equilibrado del municipio, que aunado a su puerto, cuenta con infraestructura urbana y turística de futuro promisorio.

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