¿Es posible clonar a tu mascota? Barbra Streisand lo ha hecho dos veces

La muerte de una mascota puede ser tan dolorosa que sus síntomas se confundan con los de un ataque al corazón. Un animal de compañía pasa a convertirse en un miembro más de la familia y su falta puede llegar a ser algo trágico.

Pero, si tuvieras la oportunidad de utilizar su material genético para clonar a tu fiel amigo, ¿lo harías? Ya existen muchos casos de perros y gatos clonados, y la última en dar un titular al respecto ha sido la actriz Barbra Streisand, que en una entrevista concedida a Variety, confirmó que ha clonado dos veces a su perra Samantha, que murió en 2017. Las dos mascotas que la acompañan ahora, Miss Scarlett y Miss Violet, comparten material genético con ella, asegura.

Hello Instagram… isn’t my Samantha just precious?

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La clonación es una herramienta utilizada a diario y, aunque menos vistosa que en su uso para copiar animales y seres humanos, ha permitido grandes avances en el campo de la biotecnología, que es el recurso más utilizado para la obtención masiva de copias de genes y proteínas. Aunque esta es su principal objetivo, el extremadamente rentable negocio que supone, ha conseguido ponerla en el mercado para la clonación de mascotas. Algo que, lógcamente, ha despertado una fuerte controversia ética. Según aseguraba un catedrático de Ética de Ivy League a American Veterinarian, «la gente está cometiendo un grave error si piensa que la clonación va a devolverle a su antigua mascota». Pero Barbra Streisand no ha sido la única que se ha subido al carro de fotocopiar a su animal: el primer can en ser clonado fue Snuppy, un Lebrel afgano que nació en 2005 de la mano de científicos de Corea del Sur, que publicaron la hazaña en Nature.

Desde entonces, se han clonado perros, gatos y otros animales de compañía. Las compañías que admiten realizar este proceso de forma comercial a mascotas son dos, que aseguran no trabajar nunca con humanos. La primera es Sooam Biotech, con sede en Corea del Sur, que asegura haber clonado a más de 600 perros y ofrece su servicio desde 2009 por aproximadamente 80.000 euros, sin garantía de que sea exitoso ni de que el animal clonado no muera a los pocos días.

La otra empresa es ViaGen Pets, que tiene su sede en Texas (EE.UU.), y asegura una tasa de éxito del 90%, ya que consiste en embarazos usando las células del animal original, por lo que los riesgos son mínimos. El precio por clonar una mascota es de 50.000 dólares, y también ofrece el poder guardar los genes del animal por 1.600 dólares, con el fin de tomar la decisión más adelante.

Las mascotas que nacen del proceso de clonación tienen el mismo material genético que su predecesora, pero no es idéntica, y por supuesto, no una resurrección del animal: las características de un organismo vivo no solo dependen de su ADN, sino también de la influencia medioambienta, que enciende o apaga los interruptores conocidos como marcadores epigenéticos, responsables de la expresión de los genes.

Más allá de la oveja Dolly
Sobre todo si hablamos de animales, al oír clonación, es probable que aparezca una coqueta oveja Finn Dorset mirándonos en todas nuestras cabezas. La célebre oveja Dolly, que nació el 5 de julio de 1996, fue clonada en el Instituto Roslin de Edimburgo (Escocia) y una de las principales preocupaciones de la comunidad científica fue si los clones podrían esperar condiciones de salud similares o disminuidas en comparación con los animales donantes. Ella vivió seis años y medio, cuando lo normal para su raza son unos 11 o 12. Aunque, no fue el primer animal en ser clonado, sí que fue el primero en nacer 100% de una célula adulta ya especializada. Se cree que esto influyó en la longevidad de la oveja, que nació con la edad genética de su original, seis años.

Pero el primer animal documentado en ser clonado fue una rana. John B. Gurdon, investigador de la Universidad de Oxford (Reino Unido) empleó para ello una técnica conocida como transferencia nuclear, que consiste en extraer el núcleo de una célula adulta, para después transferirlo a un oocito fecundado al que se le había extraído el suyo. Gurdon demostró así que que una célula especializada contiene la información genética necesaria requerida para generar un organismo completo, y esta fue, a grandes rasgos, la técnica usada con Dolly. Antes de la oveja, hubo un ratón, vacas, cerdos, otras ovejas, hasta llegar a conseguir una mascota clonada por encargo.

Perder a tu perro o gato puede ser un episodio tremendamente triste. Pero incluso en el improbable caso de tener los recursos para clonarlos, el nuevo animal no será tu querida mascota. La asociación de protección animal PETA, estima que de 6 a 8 millones de perros y gatos son perdidos, abandonados o no deseados anualmente en los Estados Unidos. Si se ha quedado un hueco en tu casa (y en tu corazón), puedes hacerte una fotocopia de tu querido amigo, o ir a buscar uno nuevo a los repletos albergues donde los acogen.

Beatriz de Vera

Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.