OPOSICIÓN

¿QUÉ VIENE?

Por: SEAN OSMIN HAMUD RUIZ

Movimiento Ciudadano terminó por decantarse. Muchos meses mantuvo el misterio, la incógnita de dar a conocer su postura real frente a lo que vendrá en las elecciones generales del 2024.

Creo que había venido jugando bien sus fichas. La denominación “ciudadano” con la que se ostenta y de la que regularmente hace alarde, pretendía revestirlo de un misticismo donde su verdadero interés, su enfoque fundamental, era escuchar al ciudadano común y representar sus genuinos intereses, sin que éstos se vieran contaminados de las tradicionales ideologías de partido, dicho por ellos, dependientes de los poderes fácticos.

En su aparador político, bien acomodadas ponían las mercaderías conceptuales donde, como espejismos, decían dar prioridad a lo que el mexicano común quiere para el país.

En su perorata cotidiana pregonaban ser la verdadera tercera opción, libre de ataduras con las tradicionales fuerzas institucionalizadas.

Ufanos iban por el camino sin pena (y ahora sin gloria) cual juglares de la democracia, cantando su autodeterminación, su rechazo a las alianzas, su inquebrantable espíritu de independencia.

Nada ni nadie iba a ser capaz de vencer a este adalid de la libertad, cuyo único interés era consolidarse como ese puente, ese hilo conductor de la sociedad y sus anhelos para convertirlos en verdaderas políticas públicas.

Penoso strip tease dieron la semana pasada, donde casi con prisa, desnudaron su personalidad auténtica. ¡Fuera ropas! ¡Es un honor estar con Obrador!

Y seamos honestos, no es que necesariamente pedir que no se vote por el PRI sea exactamente un consejo antidemocrático o que no haga resonancia de muchas voces. Pero cuando el contexto es que esa petición solamente tiene como opción el voto direccionado a Morena, entonces no hay duda, MC entregó alma, corazón y cuerpo. Dejó de ser OPOSICIÓN.

MICROCUENTO

La monotonía aburre. Lo monocromático deprime. La apagada llama de la emoción carcome. Pasar las horas y los días consumiendo solo tiempo agota. Perderse en el inmenso laberinto de la desolación quita la esperanza. Callarlo o negarlo solamente complica la situación. No vuelvo a hacer fila en el banco, tengo que bajar la app.