«Olé, Olé, Olé, Loros, campeón»

Colima, Col.-Ni el intenso calor evitó que la gente se diera cita en el Estadio Olímpico Universitario para ver cómo los Loros y los Potros de la Universidad Autónoma del Estado de México se jugaban el pase a la Liga Ascenso MX .

Niños, niñas, jóvenes, adultos, familias enteras y porras se dieron cita para apoyar a los emplumados, generar una gran entrada y dejar disminuido al pequeño, pero entusiasta, grupo de apoyo de los Potros.

Se podía observar a la gente gritando sin cesar “Loros, Loros”. Cuando los equipos salieron a calentar, se escuchó un gran abucheo para la visita y el aplauso general para el local. Los colimenses bromeaban entre ellos y se reían. Los mexiquenses se concentraban en los ejercicios que les ponían.

Todos se fueron a los vestidores para continuar con el protocolo: la formación FIFA (todos en una fila frente a la porra, como si se le fuera a cantar a la bandera el himno nacional) y el saludo entre jugadores y árbitro.

El árbitro central tomó el balón, caminó hacia la media cancha, colocó el esférico y esperó que la prensa se retirara tras las fotos y los videos que se toman los equipos antes de iniciar. El silbante observó que ambos equipos estuvieran acomodados y preguntó a sus abanderados si estaban listos: con una sonrisa, ambos levantaron el pulgar, y se dio el silbatazo inicial.

La gente comenzó a silbar, el “Loros, Loros” apareció de nuevo en las gradas, la porra cantaba “yo soy de Loros, es un sentimiento que no puedo parar”, y tras algunas llegadas, el tradicional saludo al portero contrario («¡Ehhhhhh….») no pudo faltar.

El dominio de los colimenses tardó en hacerse presente en el marcador, y no fue sino hasta el minuto 38 del primer tiempo que cayó el 1-0 a través de Bernardo López, para hacer que el estadio estallara en un un grito ensordecedor que hizo ver aún más pequeña la porra de la visita.

Cuando Santiago Carrasco anotaba el 2-0, al minuto 41, el público saltó de emoción durante un largo rato, y el “Loros, Loros” no dejó de sonar hasta que el árbitro silbó el final de la primera parte.

Durante el entretiempo hubo un show con baile de un grupo de cinco mujeres y un hombre, quienes batallaron en su presentación, ya que el audio falló en dos ocasiones. Se les veía a las personas alegres, pero con la incertidumbre de lo que pasaría por aquello que dicen los especialistas del futbol de que “el 2-0 es el marcador más engañoso”.

Justo cuando eso se percibía en la afición, apenas arrancando la segunda parte, los Potros, a través de Alexis Ochoa colocaron el 2-1, y un silencio en el recinto estuve presente unos segundos, seguido de un abucheo de la mayoría de los aficionados.

La UAEM se fue con todo para buscar el empate, y tras una embestida, la figura del jugador del partido de la ida, Miguel Tejeda, portero de Loros, apareció de nuevo para que el público se le entregara con el “olé, olé, Migue, Migue” y el “portero, portero”.

Sin embargo, a este pastel le faltaba una cereza: tras la atajada del cancerbero, Loros hizo un contragolpe que Gerardo Aguilar concluyó disparando esquinado para vencer al portero rival y poner el 3-1 final.

Entonces prevalecieron los gritos «¿en dónde están, en dónde están los que decían que nos iban a ganar”, y «olé, olé, olé, Loros campeón”.

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