Llegar a la cárcel salvadoreña conocida como Apango, para entrevistarse con cuatro mujeres encarceladas por haber abortado por cuestiones médicas, y escuchar que una de ellas vio a su feto en el suelo y en vez de que la llevaran a un hospital la esposaron para llevarla a prisión, es una de las historias que marcó a Zeid Ra’ad al-Hussein, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos saliente.
“Me senté con ellas y creo que, en el espacio de 10 minutos, todos estábamos llorando porque su sufrimiento era tan extremo”, recordó.
“Pensé que la crueldad, la capacidad de crueldad humana es increíble”.
Zeid encontró que el común denominador en esa situación es que todas eran mujeres de los sectores más pobres de la sociedad salvadoreña.
“Creo que en muchas, muchas partes del mundo, este es el punto que realmente nos duele una y otra vez, los pobres sufren todas las consecuencias”.
“La lección aprendida fue que si a veces uno no habla, si no amenaza con hablar, no capta su atención. Prefiero errar por haber hablado que quedarme en silencio”, sentenció.
A finales de agosto concluirá su encargo y será la expresidenta chilena Michelle Bachelet quien tome su lugar.
Como parte de sus últimos mensajes en el cargo, Zeid dijo que cada año que ha pasado, ha visto mayor presión en la agenda mundial de los derechos humanos.
«Como he dicho, la opresión está de regreso. La represión está otra vez de moda”.
Con información de la ONU
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