MENTIR

¿QUÉ VIENE?
Por: SEAN OSMIN HAMUD RUIZ 

Sin duda, a partir de la última “estrategia” del presidente, donde según él y quien le colaboran, descubrirán las mentiras que los medios adversarios y aspiracionistas publican, en sus cuentas. Un día si, y el otro también, veremos muy pronto el mismo ejercicio estatal, pues desde campaña no se ha visto originalidad, ni en las propuestas, ni en los planes a ejecutar por quien representa a la 4T en el estado.

Es relevante la observación, pues a lo largo de la post-elección, lejos de poder respetar o admirar una actitud institucional, que nos gustaría dejara ver esa actitud de ajuste a la ley y las resoluciones emanadas de ella, lo que tenemos necesidad de observar es un desencuentro con la realidad.

Podríamos o no estar de acuerdo con las impugnaciones a los resultados electorales que se están tramitando en nuestro estado, pero el tribunal correspondiente consideró que eran dignos de estudio jurídico. Guste o no, se debe permitir su libre tránsito y en su momento, el irrestricto apego a lo que se resuelva.

Lo que se ve, esa serie de visitas de cortesía a las aún autoridades estatales y federales, las declaraciones a los medios de las próximas acciones a ejecutar desde el poder, así como las múltiples reuniones de acercamiento que solamente revelan ese desdén.

Sorprendidos no podemos llamarnos, es el clásico comportamiento 4teísta. Lo importante es, como sociedad, qué vamos y que no vamos a permitir.

Cuando seguimos viviendo en el reino de los otros datos, de las otras realidades, la responsabilidad individual es, que no debemos permitir que los espejismos o simulaciones sean la representación de la realidad pretendidamente impuesta.

Aceptarlo es creer que no hay alternativa, cuando, al menos a mí, si algo me han enseñado, es que uno de los peores comportamientos es MENTIR.

El segundo peor comportamiento es saber que nos mienten y aceptarlo sin chistar.

 

MICROCUENTO

-Voltea, escuché.

Giré el cuello y quise reconocer. Tuve que asustarme y verme.

Lo que mejor distinguí fueron mis ojos recriminándome no haber hecho nada al respecto.

Nunca me sentí tan inútil.