Médicos en unidades familiares no están capacitados para detectar violencia de género: Psicóloga

Concluyeron las actividades de la ExpoNeuro 2022 que organizaron la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima y la UNIVA campus Colima, con la conferencia “Perspectiva neurobiológica de la violencia contra las mujeres y el impacto de la salud mental”, a cargo de la Amaranta Nieto Trujillo.

Como primer punto, la especialista explicó que la salud “es el completo estado de bienestar (físico, mental y social) y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”; además, dijo, “la salud mental es un estado pleno de bienestar que permite a las personas vivir psicológica y emocionalmente de manera plena”.

En este sentido, comentó que en las unidades de medicina familiar, el médico no se encuentra capacitado para detectar problemas de violencia, por lo que destacó la importancia de analizar a las pacientes desde la medicación familiar, revisando su entorno y brindándoles información, orientación, consejería y terapia familiar, principalmente; “no estamos funcionando como debería ser, en las unidades médicas no hay psicólogo. Necesitamos leyes que regulen esta situación”.

Desde un ángulo ideológico y político de tendencia feminista, mostró a los asistentes que la OMS hace un llamado a detener la violencia: “El personal de salud no recibe capacitación para atender problemas de género y muy pocos saben cómo manejarla; sabemos que el principal lugar de violencia es el hogar, y el sector salud le da prioridad al cáncer de mama, cervicouterino, diabetes, hipertensión ¿y la violencia?”.

En estudios recientes, dijo para finalizar, se detectó que existen cambios en el cerebro cuando una mujer (como sucedería con cualquier persona) es víctima de violencia; esto ocurre en la corteza prefrontal, la sustancia gris y el hipotálamo; “sufren alteraciones de memoria, dificultad para tomar decisiones, afectaciones al sistema nervioso, etcétera, y tienen probabilidad de padecer hipertensión, asma, fibromialgia y fatiga crónica, porque la exposición a la violencia se asocia con depresión, ansiedad, obesidad, alcoholismo, estrés postraumático e ideas suicidas, entre otras afectaciones”.