Los Rayados tuvieron un festejo gigante

Poco importó que fuera lunes, que se diera en horario laboral y que se presentara el viento frío de diciembre.

La afición regiomontana saltó a las calles para ver el paso de sus ídolos, que apenas el domingo escribieron una de las páginas más brillantes en la historia deportiva de la ciudad al ganar el título de Liga ante el Santos.

Los Rayados tuvieron la culminación de su cuarta estrella con un desfile que arrojó una fiebre por el equipo, que ha sido catalogado como el nuevo rey del norte del país.

El corazón de la Sultana del Norte se paralizó para ver la ruta del campeón, que desembocó en una celebración masiva en la Macroplaza, donde según cifras extraoficiales se congregaron cerca de 400 mil aficionados, poco menos de los alcanzados en el 2009 tras el título ante el Cruz Azul.

El gran ausente en la fiesta, para desencanto de la gente, fue el chileno Humberto Suazo, el héroe de la final, quien partió anticipadamente a su país con motivo de las vacaciones.

La velada fue inolvidable y los jugadores se divirtieron ante la euforia de la masa, que vitoreó a los albiazules en gratitud por la conquista.

Desde temprano, los hinchas se fueron reuniendo en las instalaciones de FEMSA, empresa que administra al equipo, para iniciar la caravana de casi 8 kilómetros hasta la Gran Plaza.

Esta ocasión la directiva dispuso sólo dos vehículos alegóricos y a las 16:30 horas, con media hora de retraso el equipo encaminó la salida rumbo a su cita masiva.

El gran ambiente se respiró desde el inicio y la avenida Pino Suárez se volvió un río azul y blanco acompañando el paso del plantel, que mostró a toda la gente el flamante trofeo de campeón conseguido en la Liguilla.

Todas las calles contaron con una valla humana eufórica por el título y ya en la Explanada de los Héroes vino la gran culminación.

Ahí Directiva, Cuerpo Técnico y jugadores agradecieron al público por su apoyo y le brindaron el campeonato, que es el tercero en los últimos siete años.

«Esto es para ustedes, gracias por su apoyo», expresó el Presidente Jorge Urdiales, el primero en tomar la palabra.

Uno de los más felices durante todo el recorrido fue el ecuatoriano Walter Ayoví, quien no paraba de cantar y brincar en el autobús, y se dio el lujo de bailar música vallenata en el escenario para deleite de la multitud.

El clímax del festejo llegó con todos los rayados cayendo sobre el título de campeón, mientras la afición entonaba el himno del club, al vuelo de papeles de colores, aplausos y otras manifestaciones de apoyo.

Los jugadores se despidieron de su fiesta tomados de la mano y con los brazos en alto, en una muestra de la unidad que los llevó a ganar la campaña. Algunos quizá no volverán para el 2011, pero todos firmando el libro de la historia como parte de esta generación ganadora.

Luego del evento se reportó saldo blanco y los futbolistas se retiraron a un hotel de la localidad, donde junto a la Directiva y el Cuerpo Técnico, celebrarán con una cena de gala que cerrará el exitoso torneo de Apertura 2010.

[MEDIOTIEMPO]

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