Los «drones» de EU, una guerra que empieza a indignar en Pakistán

Al margen de algunas personalidades que denuncian la ilegalidad de los ataques y cientos de víctimas civiles, los bombardeos de los aviones sin piloto estadunidenses (drones) sólo suscitan por ahora protestas moderadas en Pakistán, país prisionero de su alianza con Washington y de sus divisiones.

El jueves pasado, el abogado Shahzad Akbar presentó un trozo de cilindro oxidado y retorcido en una conferencia de prensa en Islamabad. «Son los restos de un misil de dron disparado en agosto de 2010 en Waziristán del Norte. Mató a la esposa y a los dos hijos de habitante, Bismillah Khan. Es la prueba de que los estadounidenses se equivocan cuando dicen que sus ‘drones’ no matan a ningún civil», afirmó Akbar.

El abogado, quien fue, en noviembre de 2010, el primero en presentar una denuncia contra los responsables de la CIA en nombre de las víctimas de los aviones no tripulados, convocó hoy, junto con varias organizaciones, en la capital paquistaní, a una manifestación contra los ataques.

El jueves, los «drones» estadunidenses lanzaron dos ataques más, en los distritos tribales de Waziristán del Sur y del Norte, bastiones de los talibanes y sus aliados de Al Qaeda, y fronterizos con Afganistán. Según funcionarios paquistanìes, en el ataque murieron ocho rebeldes, pero ¿cómo comprobarlo, entre los escombros, y en parajes donde el ejército, confinado en sus bases, deja operar a los insurgentes?

Según varios institutos occidentales, los 260 a 300 ataques de este tipo, no confirmado oficialmente por Washington (pese a que la CIA es la única que tiene aviones no tripulados Predator o Reaper en la región, en su mayoría basados en Afganistán) han dejado desde 2004 de 1,700 a 2.400 muertos.

Shahzad Akbar afirma que el 80% de los muertos serían no combatientes civiles. Las autoridades paquistaníes hablan de un 10%, el instituto New America Foundation, de 20%. El instituto independiente británico Bureau of Investigative Journalism calcula que hasta 775 civiles podrían haber muerto desde 2004, cifra que incluye a por lo menos 164 niños.

Akbar tiene el apoyo de la ONG en derechos humanos británica Reprieve. El jueves, en Islamabad, su fundador, Clive Stafford Smith, criticó la «violación de las convenciones de la guerra y la soberanía de Pakistán». A su lado, Imran Khan, leyenda de cricket paquistaní y fundador del partido de oposición Tehreek-e-Insaf, denunció la guerra que mata a «civiles pobres» y la «hipocresía» del gobierno al respecto.

En efecto, muchos elementos hablan de un acuerdo tácito sobre el tema entre Washington, primer sostén económico de Islamabad, y su aliado paquistaní. «El ejército paquistaní es favorable a los disparos de los ‘drones’ pues son eficaces en cuanto a eliminar talibanes del TTP (Movimiento Talibán de Pakistán, aliado de Al Qaeda) y sus ataques en el país, al tiempo que le dan razones para no emprender ofensivas terrestres peligrosas» en Waziristán, afirma un responsable militar de alto rango que pidió el anonimato.

En cuanto a la opinión pública, si bien las encuestas dicen que está contra los disparos de los «drones», no se subleva en masa contra ellos. A nivel nacional, la mala reputación de las tribus de Waziristán, ferozmente independientes y que conforman gran parte de los contingentes talibanes, no alienta a la solidaridad más allá de las palabras. «La gente no quiere pelear para proteger a tribus cuyos miembros ponen bombas en el país», dijo una fuente cercana a las autoridades

Con información de AFP

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