Llega la ayuda masiva… y la nieve, a China

China.- La ayuda de urgencia comenzaba a llegar masivamente este lunes a la aislada zona del sismo en el noroeste de China, donde el número de muertos llegó a casi 2.000, pero la nieve podría perturbar las operaciones de socorro efectuadas ya en condiciones muy difíciles.

 

Cinco días después del sismo de magnitud 6,9 en la alejada provincia de Qinghai, el balance llegaba a 1.944 muertos y 216 desaparecidos. El terremoto dejó por otra parte 12.315 heridos, de los cuales 1.134 en estado grave, anunció la agencia China Nueva.

Cuando las condiciones climáticas debían empeorar en la meseta tibetana, con amenaza de escarcha y de tempestades de nieve, una luz de esperanza significó el salvamento de dos sobrevivientes en Jiegu, sacados de entre los escombros de un inmueble donde estuvieron sepultados durante 123 horas.

Wujin Cuomao, de 68 años, y la pequeña Cairen Baji, de cuatro, ambos al parecer tibetanos, fueron mantenidos vivos por parientes que les hicieron llegar alimentos y agua a través de los escombros.

Las rutas que llevan a Jiegu, ciudad situada cerca del epicentro del sismo y donde más de 85% de los edificios se desplomaron, estaban atestadas de ambulancias y de camiones transportando alimentos, agua, carpas y frazadas.

Los vehículos de socorro provocaron un atasco a la entrada de Jiegu, constataron los periodistas de la AFP. Durante este tiempo, los socorristas buscaban aún entre los escombros, esperando encontrar otros sobrevivientes.

El sismo dejó también unos 10.000 damnificados.

A varios cientos de kilometros de Jiegu, periodistas de la AFP vieron largos convoyes de vehículos militares y civiles dirigirse hacia la meseta tibetana.

Jiegu está ubicado a unos 4.000 metros de altura y las condiciones climáticas, con temperaturas glaciales, así como lo aislado de la zona complicaron las tareas de los socorristas.

En la ciudad, monjes budistas vestidos con hábitos rojos o azafrán seguían jugando un papel protagonista en la asistencia a los damnificados, sobre todo en la distribución de víveres y en la búsqueda de signos de vida en las montañas de escombros.

En el monasterio de Jiegu, en lo alto de una montaña que domina la ciudad, unos cincuenta monjes cargaban un camión con botellas de agua y con fideos instantáneos para llevarlos a las aldeas de los alrededores.

Si bien este lunes lucía el sol después de lluvias intermitentes, el servicio meteorológico anunciaban malas noticias para los próximos días.

«La nieve, las rutas escarchadas y un fuerte viento amenazan los transportes y las tareas de socorro», declaró el Centro nacional de meteorología.

La población traumatizada por el sismo también debe soportar las réplicas que se han sucedido a ritmo elevado: 1.200 desde el miércoles pasado, según la agencia China Nueva.

Cientos de cuerpos fueron incinerados el sábado por los monjes durante una ceremonia budista, para impedir las epidemias.

El domingo, el presidente Hu Jintao visitó la zona, reconfortando a los sobrevivientes y pidiendo a los socorristas que hicieran todo lo posible para encontrar a sobrevivientes, aún cuando las esperanzas disminuyan.

«Les garantizo que el partido (comunista) y el gobierno ayudará a las víctimas para que reconstruyan las casas y para que los niños reinicien las clases en cuanto sea posible», dijo el presidente, que volvió precipitadamente de Brasil al enterarse del sismo.

Con información de La agencia China Nueva y AFP

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