Líderes sudamericanos llegan a Bolivia para apoyar a Morales en crisis con UE

Presidentes izquierdistas de América Latina llegaron el jueves a Bolivia para apoyar a Evo Morales, luego de que su avión fuera desviado en Europa por sospechas de que llevaba al fugitivo estadounidense Edward Snowden, un incidente que irritó a sus vecinos sudamericanos y encendió tensiones diplomáticas.

El presidente boliviano fue humillado el martes cuando Francia y Portugal negaron el permiso para que atravesara su espacio aéreo, en una odisea que lo forzó a aterrizar en Viena y definir una nueva ruta de vuelo tras negociar con Italia y España.

«Nuestro pecado, nuestro delito es ser indígena y ser antiimperialista», dijo Morales el jueves en un acto en un municipio cercano a Cochabamba, horas antes de la programada cita con sus colegas sudamericanos en esa ciudad. «Es una abierta provocación al continente», agregó.

El episodio ocurrió cuando el mandatario boliviano regresaba el martes de una reunión en Moscú.

Algunos gobiernos europeos especularon con la posibilidad de que en su aeronave estuviera Snowden, un ex contratista de la CIA buscado por Washington por revelar un inmenso esquema de espionaje. Snowden espera en el aeropuerto de la capital rusa una respuesta de alguno de los varios países a los que solicitó asilo, entre ellos Bolivia.

Después de que intentaran registrar su avión en Viena y España, Morales tuvo que vivir un periplo que lo llevó a hacer escalas técnicas en la isla Gran Canaria y en la ciudad brasileña de Fortaleza antes de aterrizar en La Paz.

El trato al primer presidente indígena de Bolivia enfureció a muchos de sus colegas en América Latina, que acusaron a los países europeos de colonialismo.

«Cuando uno ve lo que le hacen a Evo en Italia, cuando vienen a reclamarnos por algo y en Italia no dejan pasar a un gobernante por su espacio aéreo, o Francia o España, uno siente como si cinco siglos no hubieran pasado y todo siguiera igual, un poco más disimulado y más encubierto», dijo el jueves la presidenta de Argentina, Cristina Fernández.

Como no hubo quórum para una cumbre presidencial de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), los mandatarios izquierdistas de Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Venezuela comenzaron a llegar a la ciudad de Cochabamba para una reunión extraordinaria en apoyo a Morales.

Las distintas reacciones expusieron las diferencias que conviven en la región.

FERVOR VS MODERACION

Uno de los aliados más cercanos de Morales, el presidente ecuatoriano Rafael Correa, dijo que Latinoamérica tenía que reaccionar ante este incidente y aseguró que si eso le hubiera pasado a Estados Unidos sería suficiente para que sonaran tambores de guerra.

«No vamos a permitir que se trate de esa forma a un jefe de Estado de nuestra América. Insisto: o nos graduamos de colonias o nos perpetuamos como Estados libres, independientes, dignos, soberanos como son los pueblos de nuestra América», sostuvo al llegar a la ciudad boliviana.

Desde Uruguay, el presidente José Mujica fue otro de los que acudió a la cita, al igual que el mandatario venezolano Nicolás Maduro.

«Europa rompió con todas las reglas de juego de la convivencia, porque agredió la inmunidad internacional que protege a un Jefe de Estado», dijo Maduro en Cochabamba. «En Europa manda la CIA como lo ha denunciado el joven Snowden, en Europa manda la elite de los Estados Unidos», declaró.

Una fuente de la presidencia de Brasil, que fue la que emitió un comunicado más duro sobre el episodio, dijo a Reuters que esperaba que la reunión resultara en una firme declaración que subiera el tono de la situación.

Sin embargo, el presidente de Colombia intentó calmar los ánimos.

«Nos solidarizamos con Evo Morales porque es inaudito lo que le hicieron, pero no permitamos que se convierta en crisis diplomática AL con UE», escribió Juan Manuel Santos en su cuenta de Twitter.

Los presidentes de Colombia, de Chile y de Perú no participarán de la reunión en Cochabamba, y esos países sólo analizaban si mandarían delegados, dijeron fuentes gubernamentales a Reuters.

Aunque la presidenta brasileña Dilma Rousseff tampoco estará en la reunión en Cochabamba, fue quien envió hasta el momento el mensaje más duro al advertir el miércoles que el incidente puede comprometer las relaciones entre América Latina y la Unión Europea (UE), que es un importante socio comercial de la región.

Una fuente de la presidencia brasileña dijo que el incidente podría afectar por ejemplo las dilatadas negociaciones de libre comercio entre la UE y la unión aduanera sudamericana Mercosur, integrada por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela y a la que Bolivia está en proceso de ingresar.

«Vamos a coordinar nuestras decisiones, intercambiar acá con nuestros países de América del Sur para que este episodio nunca más se repita y que se den todas las aclaraciones, explicaciones de por qué esto ha sucedido», dijo el asesor para Asuntos Internacionales de la Presidencia brasileña, Marco Aurelio García, al llegar a Cochabamba en representación de su país.

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