La Final, una mina de millones de pesos

La Final del torneo mexicano no sólo significa el punto culminante en el aspecto deportivo sino también en temas económicos, que se miden en millones de pesos.

Alrededor de la serie por el título del Clausura 2012, entre Santos y Monterrey, los factores monetarios también cuentan y ejemplo de ello son los incrementos que sufren desde los boletos en los estadios hasta los anuncios comerciales en televisión.

Cada uno de los duelos, en el Tec hoy por la noche y el TSM el domingo, generarán aproximadamente 41 millones 490 mil pesos, solamente en publicidad.

TV Azteca (con Santos) y Televisa (Rayados) producirán gran parte de esas ganancias ya que en cada partido llegan a transmitir hasta 45 spots al medio tiempo, cada uno de aproximadamente 20 segundos y con un costo promedio de 450 mil pesos.

Por ello se embolsan alrededor de 20 millones 250 mil pesos, a los cuales suman los 2 millones 400 mil pesos que obtienen por los anuncios virtuales, que consisten en una animación comercial sobre una imagen de la cancha antes, durante y al final de los partidos, con un costo de 400 mil pesos cada uno, de los cuales transmiten hasta seis por evento.

La otra gran parte de la derrama publicitaria proviene de los anuncios sobre la cancha, como es la valla electrónica, la cual puede generar hasta 13 millones 440 mil pesos, ya que 60 segundos de anuncio cuestan 140 mil pesos, de los cuales se comercializan hasta 96 minutos porque también cuenta el tiempo agregado por los árbitros.

A ello se suman los cuatro millones 200 mil pesos por los aproximadamente 12 anuncios que en total se colocan a un lado de las porterías y atrás de los tiros de esquina, cada uno con un precio de 350 mil pesos. Además, está el millón 200 mil pesos que generan las aproximadamente seis “activaciones” de patrocinadores sobre la cancha, con costos unitarios de 200 mil pesos.

Pero los beneficios no sólo son para las televisoras, ya que los clubes reciben pagos adicionales por su presencia en la Liguilla, los cuales van incrementando conforme avanzan de fase.

Aunque también estas compensaciones dependen de la jerarquía de los equipos y las cláusulas de los contratos multianuales que establecen con las televisoras, es normal que un equipo reciba un bono que significa aproximadamente el 15 por ciento del monto anual de derechos televisivos.

Ello, luego de haber recibido aproximadamente el cienco por ciento en Cuartos de Final y el 10 por ciento en Semifinales, proporcionalmente.

TODOS GANAN

Todos los números se magnifican en el par de encuentros por el campeonato y prueba de ello también son los incrementos en el precio de las entradas.

Para el juego de esta noche en el Estadio Tecnológico, la reventa ha llegado a ofrecer boletos de la sección “numerado” que rondan los cuatro mil pesos, cuando su precio en taquilla era de 960.

De cualquier modo, desde antes de que la reventa inflara los precios, éstos ya se habían incrementado, pues los boletos más baratos para el juego de ida eran de 320 pesos en General, zona que normalmente cuesta 140.

Similar ha sido la situación en Torreón, donde los precios de boletos en venta libre van de los 400 pesos a los mil 900, aproximadamente con un incremento del 100 por ciento respecto al torneo regular

Sin embargo, ninguno de los precios por cualquiera de estas entradas se acerca a los de hace medio año en Monterrey, donde la llegada de Tigres a la Final y sus 29 años de sequía de campeonatos provocó que el día del partido decisivo contra Santos hubiera boletos en reventa que rondaban los 15 mil pesos.

A la derrama económica generada por publicidad y boletos se suma la de los esquilmos y “souvenirs” en los estadios, cuyas Directivas no desaprovechan la ocasión para también incrementar los precios.

En Monterrey, los vasos dobles de cerveza que normalmente cuestan 60 pesos, en esta Liguilla cuestan 70, mientras que los refrescos cuestan 40 cuando su precio original era de 30.

A ello se suma la venta de comida, las ganancias por estacionamientos, venta de camisetas y demás productos, sin contar lo generado por la piratería en las inmediaciones de los estadios, que a partir de esta noche están por vivir no sólo el clímax deportivo, sino también el comercial. {jathumbnail off}

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