Indígenas colombianos exigen el fin de la creciente violencia en Cauca

El conflicto armado entre el Ejército y la policía colombiana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ha subido de nivel en los últimos días, dejando civiles heridos —varios de ellos niños, uno de los cuales murió—, en el departamento del Cauca, en el suroeste del país.

Luego de varios ataques en la última semana, centenares de indígenas que viven en la zona llegaron a la localidad de Toribío el pasado lunes para exigir tanto al Ejército y la Policía Nacional, como a la guerrilla de las FARC, que abandonen la zona y se imponga la paz en por lo menos una docena de comunidades afectadas.

Varios ataques llevaron a la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acín, que reúne a las autoridades aborígenes del pueblo de los paeces o nasas) a declararse en «resistencia permanente» para exigir la retirada de los grupos armados.

Las FARC instalaron un reten de 10 guerrilleros a las afueras de Toribío y controlaban el acceso a través de la vía principal de entrada y salida del poblado.

El pasado 13 de junio, el presidente Juan Manuel Santos ordenó el despliegue de tres brigadas y cuatro batallones del Ejército para combatir y «sacar de sus madrigueras» a los guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las FARC.

Los soldados fueron destinados a los departamentos de Arauca y Norte de Santander, fronterizos con Venezuela, al igual que Cauca y Nariño.

Un comandante del sexto frente de las Fuerzas Especiales de las FARC dijo a CNN que «la guerra de Santos no ha ayudado a nadie en esta zona. Él quiere aumentar (la presencia) del Ejército y la Policía, lo que no traerá ningún beneficio a las personas o Toribío».

El comandante dijo que si el gobierno retira sus soldados de la zona, «las FARC no tendrían ninguna razón para permanecer allí», pero prometió que mientras no sucediera, el grupo se mantendrá allí.

Los indígenas levantaron barricadas de sacos de arena y palos para rodear el cuartel de la policía en Toribío, a unos 350 kilómetros de la capital nacional Bogotá, donde la presencia de elementos del Ejército y la Policía se ha incrementado en los últimos días.

Otros 300 indígenas se internaron en el área rural en busca de las FARC, “pero no hubo prácticamente encuentro ni diálogo porque la guerrilla los eludió», explicó este martes Miller Correa, un funcionario del municipio de Toribío.

A la localidad llegó este mediodía el presidente colombiano, Juan Manuel Santos. El mandatario fue recibido por abucheos de los residentes y disparos ocasionales de las fuerzas rebeldes en las montañas cercanas.

«Es bueno que el presidente escuche estos disparos que nos rodean para que vea lo que tenemos nosotros todos los días», dijo Sigifredo Pavo, presidente de la Autoridad Indígena Nasa.

Santos se reunió en privado con representantes de los grupos indígenas, una medida que indignó a algunos aldeanos pese a la promesa del presidente de reunirse con ellos más tarde.

Menores de edad han estado entre las víctimas en la última semana. Este martes un niño murió y otros cinco quedaron heridos, uno de gravedad, después de que una motocicleta cargada de explosivos estallara en la comunidad de El Plateado, en el mismo departamento de Cauca, hecho atribuido a las FARC.

Los menores heridos fueron trasladados a la capital de la provincia, Popayán, informó el alcalde Elio Andrade del municipio de Argelia, al que pertenece El Plateado. Explicó que el ataque sucedió luego de que un helicóptero oficial aterrizara en la comunidad por una falla mecánica. Presuntamente sus tripulantes fueron secuestrados por la guerrilla.

Además, el 7 de julio cuatro niños y un adulto resultaron heridos después de que presuntos miembros de las FARC lanzaran “artefactos” explosivos en contra del Ejército colombiano que en diversas localidades del departamento de Cauca.

«Además de poner a la población civil como escudo, utilizaron armas no convencionales que al no tener precisión, afectaron a cuatro niños y a un adulto», explicó el coronel Martín Hernando Nieto de la Brigada Móvil número 28 del Ejército. Los heridos fueron atendidos en hospitales y fueron dados de alta, al igual que otras doce personas aturdidas por las explosiones, agregó.

El domingo pasado cinco personas de un centro de salud en Toribío, informó el alcalde Esequiel Vitonás, luego de que presuntos guerrilleros lanzaran cargas explosivas contra el Ejército y la Policía, una de las cuales cayó en el centro de salud, donde la jefa de enfermeras resultó gravemente herida.

También la semana pasada, siete policías resultaron heridos tras un ataque de presuntos guerrilleros a Argelia, en el que utilizaron cargas explosivas. Varias poblaciones del departamento del Cauca, como Toribío, Jambaló, Miranda, entre otros, son víctimas de frecuentes acciones violentas de las FARC, según las autoridades.

Con información de CNN

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