Colima.- El inicio de la vida sexual activa en jóvenes y adolescentes ha disminuido, al grado en que en la actualidad hay quienes tienen su primera relación sexual y embarazo a los 11 años de edad.
Así lo da a conocer Alejandra María Chavoya Loza, jefa del Departamento de Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud estatal.
“Las edades más tempranas en que tenemos registrado son de manera indirecta, hemos tenido chavitas de 11 años de edad embarazadas, son las más chiquitas que hemos tenido, no son tantas, pero desafortunadamente hay”.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, en el 2006 el promedio de inicio de la vida sexual activa en adolescentes era a los 16 años de edad; para el 2012, última encuesta publicada, el promedio fue de 15 años.
Sin embargo, hay también una gran cantidad de jóvenes que inician su vida sexual antes de los 15 años o después de esta edad.
A la par, hasta el 2012, 9 de cada 10 jóvenes encuestados (voluntariamente) tenían conocimiento sobre métodos anticonceptivos, pero sólo 6 de cada 10 usó condón en su primera relación sexual.
¿A qué se debe?
La resistencia al uso de métodos anticonceptivos como el condón, que también protege de enfermedades de transmisión sexual, se asocia a que hasta antes de los 22 años de edad, los adolescentes y jóvenes tienen una menor percepción del riesgo.
“Estamos encontrando chavos que se están contagiando de enfermedades de transmisión sexual de manera muy temprana, consideran que tienen menor riesgo que las prácticas de un adulto lo cual es completamente falso, pues con cada pareja sexual nueva, se tiene 20 veces más riesgo de contraer una infección”.
¿Cómo evitar embarazos y contagio de enfermedades de transmisión sexual en la adolescencia?
Para la especialista en salud reproductiva, la clave es el acceso a la información clara y fidedigna.
“Las evidencias disponibles avalan que entre más información tiene un adolescente, más posterga su inicio de vida sexual activa. (…) y no desde la adolescencia, sino desde la infancia temprana”.
La educación sexual, subraya, no debe ser represora, y además debe adaptarse a cada grupo de edad.
“Si cuando lo bañas le dices ‘este es tu pilín, no lo debes de agarrar, niño déjese ahí’, estás inculcando mitos y promoviendo una represión sobre su sexualidad. (…) Pero si le dices ‘este es tu pene, estos son tus testículos, hay que recorrer el prepucio y tallarlo con jabón’, no le estás dando información sobre un coito pero sí información sexual”.
¿Cuándo hablar de relaciones sexuales?
Chavoya Loza recomienda hablar de este tema, desde el momento en que el niño pregunta “¿Mamá, cómo se hacen los niños?, que puede ser entre los 5 y 7 años de edad. Siempre adaptando la información para su entendimiento y evitando mitos.
“La historia de la abejita o la cigüeña están fuera de la realidad, porque el acceso a información que tienen los niños es 300 veces mayor a la que tuvimos gente de generaciones atrás, genera distorsión porque se contrapone con la información que él está recibiendo del exterior”.
Afirma que si los padres le hablan claramente, el menor es capaz de entender lo que le conviene, y en un futuro, tomar la decisión sobre el inicio de su vida sexual.
“La educación moral es responsabilidad sólo del núcleo familiar, pero desde el ámbito científico, laico, gratuito e institucional, debemos otorgar información clara y oportuna”.
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